
Cosas verdes amigo Sancho. El pasado 12 de junio, este mismo juez, Velasco, confirmó “irregularidades en Caja Navarra”, y por ello decidió “inhibirse a favor del Juzgado de Instrucción número 3 de Pamplona para que investigue los hechos”.
Días después, el 16 de junio, el Parlamento Foral acuerda y decide que, como consecuencia de esta confirmación, Barcina y la Fundación CAN deben comparecer ante este parlamento.
Velasco aseguraba haber detectado “dilapidación de la solvencia de la caja, sacrificando recursos, realizando inversiones inmobiliarias cuestionadas de amiguismo o nepotismo”.
Sea como fuere, es insólito, sorprendente y extraño que el juez, antes de la comparecencia de la presidenta foral y Fundación CAN en el Parlamento, diga que erró en su “crítica”. Es decir, que la confirmación ahora no es confirmación y pasa a ser crítica y esa crítica es errónea.
Estamos ante situaciones tan insólitas como “extraordinarias” y fuera de lugar. Fuera de lo que ética y moralmente llamamos justo o justicia y fuera de lo que llamamos verdad o realidad de los hechos probados.
Estamos ante unas soluciones, contradicciones y mentiras que, dejándonos atónitos, buscan la pasividad en el hartazgo de la sociedad. Quien percibe que en todos estos hechos el aforamiento y la impunidad de los políticos están por encima del bien y del mal, están por encima de lo justo y de la justicia.
Pero la sociedad calla, se cansa y ya no se deja manipular. Menos con alternativas de voto.
¿Por qué será que no cala el hecho de decir que en este tema también está el nacionalismo vasco detrás y por eso hay que pararlo?
Directora NI