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El Concejal de Seguridad Ciudadana de Pamplona, Ignacio Polo, ha sido detenido por la Policía Municipal por conducir bajo los efectos del alcohol. Noticia peculiar si reparamos en la paradoja de que es concejal de Seguridad Ciudadana.
El límite de alcohol en sangre era superior a 0,6% que, según la ley, se considera delito y no infracción. Es una irresponsabilidad que reviste gravedad el hecho de que esta persona en su estado de embriaguez cogiera el coche. Pero lo que no puede ser es que la impunidad del político prevalezca, esta vez rebajando la falta de delito a infracción administrativa.
En cuanto ha saltado a la luz, el propio Concejal ha informado de que presenta la dimisión para que el Alcalde proceda. Es un paripé. Porque la dimisión se presenta irrevocablemente y con renuncia al acta de concejal, no se pone a disposición de que proceda el Alcalde. Así pasa a éste la “patata caliente” para que proceda y admita o no la dimisión.
¿Pensará, a caso, que el Alcalde no va a admitir su dimisión?
Más bien, el Concejal debería haber renunciado a su acta, por responsabilidad y dignidad.
Directora Navarrainformación.es
Efectivamente,más grave es el hecho, por ser el flamante concejal delegado de Seguridad Ciudadana.
La dimisión ni dudarla,aunque el alcalde,no debería haber esperado, debería haberlo cesado fulminantemente. Luego ya llegaría su dimisión.
Por lo demás,la justicia……………sin palabras