La Policía Nacional ha desarticulado en Pamplona un grupo criminal especializado en delitos contra la propiedad industrial e intelectual y ha detenido a 18 de sus integrantes, además de incautarse de más de tres toneladas de productos de marcas falsificadas que iban a venderse en los sanfermines.
Según ha recordado la delegación del Gobierno en una nota, en España el comercio ilegal en la vía pública, normalmente ropa, calzados, complementos del vestir y, en especial, prendas deportivas falsificadas, llamado «top manta», se remonta a la década de los años ochenta.
Explican que «el escalón más débil», los vendedores o «manteros», suelen ser personas procedentes del África subsahariana en situación administrativa irregular y de vulnerabilidad social, que normalmente están explotadas por grupos criminales.
Además, advierten de que este tipo de venta callejera vulnera los derechos de la propiedad industrial e intelectual, es «un fraude fiscal, pero especialmente atenta contra los derechos fundamentales de las personas explotadas por redes criminales transnacionales».
Se calcula que el negocio de las falsificaciones supera los 250.000 millones de dólares al año y según INTERPOL, parte de los beneficios de la venta son una fuente de financiación del terrorismo yihadista, entre otros delitos.
La Jefatura Superior de Policía de Pamplona ha establecido un dispositivo especial durante los sanfermines para la prevención entre otros delitos de la actuación de estos Grupos Criminales especializados en la comisión de delitos contra la propiedad industrial e intelectual, mediante la explotación de seres humanos.
Así se pudo comprobar la presencia de un numeroso grupo de personas que se organizaban frente a varias naves de Mutilva, donde se hacían cargo de varias entregas de ingente material, presuntamente falsificado en diversas empresas de transporte y logística de la zona.
Los investigadores resaltan que se usan sistemas de logística y transporte convencionales, aprovechando circuitos normalizados de envío de gran formato a través de remitentes anónimos, y así se evitan posibles incautaciones con ocasión de controles por parte de las fuerzas de seguridad.
Una vez en poder de los miembros de la organización, trasladan la mercancía a almacenes de tipo mediano para, siguiendo la jerarquía, repartirla a otros que finalmente la hacen llegar a las personas que directamente se dedican a su venta ilegal en la calles de Pamplona, aprovechándose de la especial vulnerabilidad de éstos y su precaria situación económica y administrativa en España.
Así ocurrió en esta operación, en la que, tras certificar la actividad ilegal y ante la inminente posibilidad de distribución y fragmentación del material falsificado, se desarticuló al grupo, se detuvo a 18 integrantes de nacionalidad senegalesa y ghanesa y se intervinieron más de tres toneladas de zapatillas, bolsos, prendas de vestir y deportivas de marcas de primera línea, valoradas en unos dos millones de euros, que habían sido remitidas en más de ciento once envíos de gran paquetería.
Las pesquisas policiales constatan que los detenidos responsables de la recepción de los importantes pedidos contaban con determinados transportistas ya identificados que operan en Navarra y con los que, previamente, acordaron el posterior traslado a diversos almacenes y direcciones, si bien la intervención policial frustró el plan.
Las mismas fuentes aseguran que los detenidos no eran el conocido «último eslabón de la cadena», sino que se trata de personas con un cometido intermedio en la organización con disponibilidad de medios económicos para la logística del traslado y distribución a otros del género en cuestión. EFE
