Manolo Royo escribiendo el articulo en el Café Gijón.
Artículo 150
¿Quién imagina a la gente aplaudiendo a los operarios cuando salen de la fábrica de armamento? Y gritándoles: “¡Qué buenas bombas de racimo hacéis!”
O un spot donde aparece en imagen un general de un ejercito privado y dice: “Yo, sin mis tanques Leopardos no invado ningún país”.
“Los tanques Leopardos patrocinan este programa”.
Los desfiles militares son pases de modelos armamentístico con misiles de corto y largo alcance y aviones humeantes.
Todo es publicidad. Dime quién lo anuncia y te diré si lo compro. Si el personaje que anuncia el producto no me hace gracia, no lo compro jamás y si viene con cheque regalo, lo devuelvo.
Nicolas Maduro dijo (creyendo que los micrófonos estaban apagados): “Aquí hay demasiadas cámaras y poca gente”.
Soy cafetero, cual colombiano, pero no tomo del que anuncia George Clooney porque se me antoja que es más caro. ¡Habrá que pagar lo suyo!
¿Me quieren decir qué hace una señorita tumbada sobre el capó de un Volkswagen con la puerta contraria abierta? ¿Es suyo el coche, es modelo, vecina, es machismo?
Dos páginas después otra señorita, ahora sentada sobre el capó, anuncia REPSOL. ¿Qué hace sobre el capó, espera a alguien? ¿Trabaja en la gasolinera?
A una actriz que hacía anuncios de coches y de una aerolínea le han anulado los contratos. Bueno, imagino que no se puede anunciar tanques siendo pacifista. ¿O era al revés?
Me parece una buena iniciativa publicitaria lo de Scarlett Johansson, que entre película y película se promociona de forma benéfica. Se ofrece a cenar en un restaurante de Nueva York con aquel que pague 6.000 dólares por ello. Soy admirador de la belleza y la interpretación de esta actriz. Sin dudarlo hubiera ido al banco a pedir el dinero, pero no lo hice por miedo a que se me adelantara el director de la sucursal. Bueno, y porque me enteré de que había cenado en las noticias.
Lo peor es la publicidad engañosa, esa que anuncian en un enorme cartel un concierto de María Dolores Pradera, fallecida en 2018, y canta otra señora.
Propuse en su día a varias empresas poner publicidad en los aparcamientos con el fin de darle un poco de luz y colorido a las paredes, porque hay más paredes que plazas de garaje.
Dando facilidades a los clientes: Lo tengo en la planta tres, donde COCA COLA. Yo también, pero en LARIOS.
Parece que la idea no era buena, aun no la han copiado.
Manolo Royo, humorista www.manolo-royo.com
