Hoy 4 de noviembre la Iglesia celebra la fiesta de San Carlos Borromeo, arzobispo de Milán y Cardenal y los Santos Vitale y Agrícola, mártires boloñeses
San Carlos Borromeo, nacio en 1538 en Arona, Ducado de Milán. Nació en el seno de la rica, noble y muy influyente familia Borromeo. Fue el segundo hijo de Gilberto y Margarita y, a tan sólo 12 años recibió el título de «Comendador» de una Abadía benedictina local. Decidió dedicar sus bienes a obras de caridad hacia los pobres. A los 22 años su tío, el Papa Pio IV lo nombró cardenal, y pocos años después también fue nombrado obispo y arzobispo.
Participó con gran competencia en las etapas finales del Concilio de Trento (1562-1563), convirtiéndose en uno de los principales promotores de la llamada «Contrarreforma» y colaborando en la redacción del «Catecismo Tridentino». Carlos se dedicó a unir la acción y la contemplación para reformar profundamente la Iglesia desde dentro. Después del cisma provocado por la Reforma luterana, la Iglesia católica se hallaba en un período particularmente crítico. El joven arzobispo no tuvo miedo de defender la Iglesia contra la interferencia de los poderosos, ni tampoco le faltó valor para renovar las estructuras eclesiales, sancionando y corrigiendo algunas de sus deficiencias.
Estatua
En Lago Mayor está la estatua de san Carlos Borromeo que domina las aguas de Arona. De treinta y cinco metros de altura, incluyendo la base, construida en el siglo XVII, la escultura representa al Arzobispo de Milán en el momento de bendecir al pueblo. Pero este monumento tiene una particularidad: se puede visitar desde dentro gracias a una larga escalera. Desde lo alto se puede admirar el espléndido panorama a través de dos orificios hechos justo en correspondencia con los ojos de la estatua. Y aquí está la enseñanza que dejó este santo: mirar al mundo con los ojos de la caridad y de la humildad de Cristo, del Buen Pastor, como hizo él.
Santos Vitale y Agrícola vivieron entre los siglos III y IV, Agrícola fue un cristiano en Bolonia y Vitale el sirviente que lo acompañó en su conversión. Perseguido por ser cristiano, Vitale fue el primero en ser arrestado y torturado a la vista de su amo, quien a su vez aceptó valientemente ser testigo del amor cristiano.