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Extraterrestes

Artículo 113

No hay ovnis ni extraterrestres. A lo que hay que temer es a los meteoritos que viajan por el espacio a una velocidad desconocida para nosotros. Y el peligro está en que el pedrusco se encuentre con nuestro planeta, ya parece que pasó cuando se extinguieron los dinosaurios. La imaginación es grande y la fantasía no tiene límites.

Los extraterrestres aquí no van a venir para buscar trabajo y si lo hicieran para vivir de las subvenciones ya están los profesionales, y éstas no dan para más.

A nosotros nos aniquilarán los microbios, que también son muy feos, pero para que te asusten has de mirarlos a través del microscopio.

¿Cómo pueden estar prohibidos los leones en los circos y consentir a la propietaria de un chiguagua que ladre su animal sin descanso en la terraza de un bar con quince mesas llenas de seres humanos tomando un aperitivo? La mala adiestradora del perro permitió una contaminación acústica proporcional al tamaño de un elefante y su barritar. Es decir: paquidermo no molesta, microbios caninos producen hipercontaminación acústica a los humanos durante más de media hora consecutiva, nos fuimos.

La polémica pasada de tuerca del programa de televisión con la Virgen del Rocío ha sido contestada enérgicamente por los andaluces que se han visto afectados por la parodia desafortunada y programada para aumentar la audiencia y que hablen de ellos. ¡Si es que hasta los imbéciles quieren protagonismo!

No pasó lo mismo en Zaragoza, Ciudad Inmortal que solo lucha contra los suyos mientras rinde pleitesía a los foráneos.

En el teatro Principal estrenó una compañía catalana, una mofa o parodia de la Virgen del Pilar, en la que un tipo bailaba la jota por el escenario con una barba pronunciada repugnante, haciendo de la Virgen un esperpento con el manto, la corona y una botella de vino en la mano. Al parecer sólo se levanto de la butaca el día del estreno el empresario Luis Pardos, gritando mientras se ausentaba de la sala: ¡Esto es una vergüenza!

La obra continuó en cartel un tiempo sin ningún tipo de incidente que mencionar, para mi asombro y decepción.

Manolo Royo, humorista www.manolo-royo.com

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