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Queman vivo a un sacerdote en Nigeria, “han venido a matar”, dijo Mons. Luka Sylvester Gopep, obispo auxiliar de Minna,
Al final de la audiencia general, Francisco recuerda el asesinato del padre Isaac Achi, ocurrido el domingo pasado en la diócesis de Minna.
La brutalidad de la violencia adopta formas diferentes en los distintos lugares de África, quemados vivos, disparos contra la gente, bombas en iglesias, persecución de inocentes. Pero el dolor es uno solo.
Francisco lo expresó al final de la audiencia general, diciendo que estaba cerca de las víctimas de los atentados, a menudo de carácter persecutorio, que desde hace meses o días -si no años- hieren el rostro de Nigeria y de la República Democrática del Congo. País al que el Papa viajará a finales de este mes.
Asesinato
“Han venido a matar. Si su propósito fuera un robo o un secuestro habrían actuado de otra manera”, dice a la Agencia Fides Mons. Luka Sylvester Gopep, obispo auxiliar de Minna, la diócesis donde ha tenido lugar el asalto en el que ha fallecido el padre Isaac Achi.
El asalto tuvo lugar a las 3 de la madrugada del domingo 15 de enero, cuando un grupo armado intentó entrar en la residencia parroquial del padre Isaac Achi, de la iglesia de San Pedro y San Pablo, en Kaffin Koro, en la diócesis de Minna, estado de Níger, en la Nigeria central septentrional. “Al parecer, los asesinos intentaron entrar en la casa y, al no conseguirlo, prendieron fuego a la vivienda, quemando vivo al sacerdote. Incluso antes de prender fuego a la casa, los bandidos dispararon indiscriminadamente. Un signo de su voluntad de matar”, dice el obispo Gopep. Según el obispo auxiliar de Minna, “el asalto fue cometido por una banda de pastores fulani. Pero nos preguntamos quién los envió a asaltar la casa parroquial”.
En el tiroteo, otro sacerdote resultó herido cuando huía de la casa parroquial. “El padre Collins Omeh recibió un disparo en el hombro”, explica Mons. Gopep. “Ahora está en el hospital y los médicos nos han asegurado que no ha sido dañado ningún órgano vital, ni ningún hueso importante”.
En otra zona de Nigeria, otro sacerdote fue secuestrado el sábado 14 de enero. El padre Michael Olubunimi Olofinlade, párroco de la Iglesia de San Jorge, Omu Ekiti, en el Área de Gobierno Local de Oye, en el Estado de Ekiti, Suroeste de la Federación. “El padre Olofinlade estaba en una misión pastoral fuera de la parroquia. Su secuestro se produjo cuando regresaba a la parroquia hacia las seis de la tarde”, dice un comunicado de la diócesis de Ekiti. «El lugar donde fue secuestrado el sacerdote se encuentra entre Itaji-Ekiti e Ijelu-Ekiti, en el área de gobierno local de Oye, a unos cuatro kilómetros de la parroquia». AGENCIA FIDES