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Navarra, junto a Canarias y Álava, evaluará la salud mental y física de alunos de Secundaria hassta los 25 años
El Departamento de Salud participa en el proyecto SESSAMO (Seguimiento de Estudiantes de Secundaria para valorar Salud Mental y Obesidad) con el que se pretende evaluar la salud mental y física del alumnado de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). En el proyecto, que se va a desarrollar también en Canarias y el País Vasco, participan la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y la Clínica Universidad de Navarra (CUN), y su objetivo es contar con datos de 4.000 adolescentes, a quienes se realizará un seguimiento hasta que cumplan 25 años.
SESSAMO es un proyecto de investigación financiado por el Instituto de Salud Carlos III-ISCIII (Ministerio de Ciencia e Innovación) y por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). La iniciativa consiste en un estudio de seguimiento de adolescentes de 14 a 16 años hasta su edad adulta para evaluar cómo influyen sobre su salud mental y física el estilo de vida (dieta, actividad física, uso de alcohol y otras sustancias tóxicas, videojuegos, internet, etc), la presencia de acontecimientos vitales estresantes y también la imagen que tienen de sí mismos estos y estas jóvenes.
Según las expertas que van a liderar este proyecto en Navarra, Almudena Sánchez Villegas (catedrática de Salud Pública de la UPNA) y Adriana Goñi Sarriés (psicóloga clínica de la Gerencia de Salud Mental del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea), “estudiar a este segmento de la población es esencial, ya que se encuentra en plena fase de desarrollo físico y mental y es más vulnerable a sufrir ciertos trastornos mentales, trastornos de la personalidad o intentos de suicidio”, siendo una de las primeras causas de mortalidad en población joven en España junto los accidentes de tráfico. Asimismo, se registra una tendencia al alza de las conductas de abuso de las redes sociales y la progresiva pérdida de hábitos saludables de alimentación y de actividad física.
Para llevar a cabo este estudio se está invitando a participar a todos los centros de ESO), tanto públicos y concertados como privados, de Gran Canaria (a través de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria), de Navarra y de la provincia de Álava (por medio del Servicio Vasco de Salud). En los centros que deciden formar parte del proyecto se invita a participar a todas y todos los alumnos de los cursos comprendidos entre 2º y 4º de la ESO, intentándose obtener una muestra total de 4.000 alumnos. Con la ayuda de un investigador, las y los voluntarios responden a cuestionarios online en el propio centro. A través de una plataforma digital se recogen datos sobre diferentes hábitos de vida y presencia de síntomas de problemas de salud mental, como trastorno del comportamiento alimentario, depresión y ansiedad, entre otras variables. Además, a las y los participantes del estudio se les realiza una medición de peso y altura. Por otra parte, quien lo desee, podrá aportar una muestra de material genético obtenido a través del raspado del paladar.
Al cabo de tres años, los estudiantes volverán a ser contactados por internet y se actualizará su información sobre cambios en el estilo de vida o aparición de alguna nueva enfermedad desde el contacto anterior.
Primer estudio que se realiza en adolescentes
Aunque existen estudios en el Estado que han seguido a diferentes grupos de población a lo largo de los años, ninguno se ha basado hasta el momento en adolescentes, por lo que es un trabajo pionero en el campo de la investigación en salud pública.
El abordaje de este estudio es integral y se aplica a grandes áreas de salud, recogiendo información muy variada de estilo de vida, trastorno mental y de salud física. En él participan pediatras, médicos de Atención Primaria, psiquiatras infantiles, psicólogas y psicólogos clínicos y especialistas en salud pública.
Los resultados obtenidos permitirán conocer los principales problemas de salud que tiene la población joven y cuáles son sus principales estilos de vida. De igual forma, busca establecer el papel que dichos estilos de vida ejercen sobre la salud de los adolescentes para, de esta manera, poder diseñar e implantar acciones preventivas específicas para cambiar dichos hábitos y mejorar la salud tanto física como mental.