Manolo Royo
Artículo 58
¡Todo en la vida tiene un tiempo, una cadencia! Cuando ésta se rompe se produce una carambola gigante que afecta un poco a todo nuestro entorno.
¿Alguien puede decirme qué hacía ese matrimonio en la caja del banco Sabadell durante al menos 25 minutos de los míos?
A: ¿Estaban comprando el banco?
B: ¿Son los dueños del banco y estaban repasando las cuentas?
C: ¿Están atracando el banco en voz bajita y euro a euro para tener entretenido al cajero y que éste no pueda llamar a la policía?
D: ¿Están pidiendo un préstamo y el cajero se niega por su avanzada edad a concedérselo a treinta años?
Realmente qué hacen hablando con Paco, el cajero, que no deja de ir y volver de la impresora? ¿Están haciéndose con documentos confidenciales de la entidad bancaria, esas entidades que tras el rescate del Estado en vez de devolver reparten dividendos entre sus accionistas?
Cuando salió Beatriz a desayunar saludó con una sonrisa a media hasta. Al volver y verme en la puerta del banco media hora después, se detuvo y me preguntó: ¿Qué es lo que necesita?
El certificado de las retenciones del ejercicio 2020.
Anotó el DNI y al minuto me trajo dos hojas con la información.
Cogí la bicicleta e intenté recuperar el tiempo perdido, porque a ciertas edades no se te escapa el pelotón, se te escapan los años. No encuentro otro motivo. Eso es que estaban haciendo la separación de bienes in situ. La solución para beneficiar al banco y a los clientes es la de cobrarles, pasando el tiempo estipulado, un euro por minuto o que los atienda alguien que no bloquee la caja, inoperativa desde las once horas.
Yo solo quiero que los bancos presten un poco de interés a mi persona, no a mi dinero. Que cuando me persone en la sucursal no digo que me sonrían. Si voy a la oficina no es porque tenga tiempo para hacerlo, es porque estoy harto de hablar por teléfono con una máquina, esa que acaba con tantos empleos.
Manolo Royo, humorista www.manolo-royo.com
