NAVARRA INFORMACIÓN
La trágica muerte de la niña de 5 años atropellada en el colegio Montealto (Madrid) ha constituido una impactante respuesta por parte de la madre y las familias
Este jueves, 4 de octubre, a la salida del colegio Montealto, una madre en un acto no intencionado atropelló a tres niñas, de 12, 10 y 5 años. La pequeña murió y las dos mayores están graves, con recuperación satisfactoria.
La madre de la niña llegó a tiempo antes de que muriera, pues no respondía a los intentos de reanimación. Pudo besarla abrazarla, decirle todo lo que la quería. Cuando la niña expiró, la madre se dirigió a la madre que atropelló a las niñas y la abrazó. Una respuesta que ha impactado a todos.
Una escena que nunca se les borrará de la cabeza. Una escena de angustia y dolor que ha hecho, sin embargo, que todos pusieran su mirada en Dios. “Sólo nos queda rezar, unirnos en la oración a esas familias”, decían en el lugar del accidente ante los periodistas.
Algunos padres del colegio lo relataban:
La madre de la niña llegó a tiempo para abrazar a su hija y decirle que la quería, antes de que esta se fuera directa al Cielo. Se levantó y fue a abrazar a la otra madre que acababa de atropellar a su niña.
— nadateturbe ن (@ChusBello) November 5, 2021
Montealto es un colegio de Fomento, colegios y universidades con identidad católica vinculados al Opus Dei. Antiguos alumnos de los distintos colegios de Fomento, han enviado coronas de flores y mensajes de cariño y consuelo. Todos se han sumado a la Oración.
Cadena de rezo del Rosario, jornada de Oración…
Y cartas-poesía de la hermana de la que sostuvo en sus brazos a la niña hasta que llegó su madre. Una va dirigida a la que le atropelló, otra a la madre y otra a su hermana.
De madre a Madre
Sofía Cagigal de Gregorio
5 de noviembre de 2021
Tarde fría de noviembre
se paró el tiempo en dos segundos
y sonaron las sirenas.
Instante que rompe la vida en mil pedazos,
lo que se tarda en ser y no estar,
paso entre el antes y el después.
Voló la noticia estremeciendo a compañeras,
amigas, profesoras, familias enteras,
a toda una comunidad que no estaba
preparada para el zarpazo de la vida.
Y en todos brotó la oración,
el pensamiento directo hacia vosotros,
de consuelo, de amor.
Cuatro familias rotas y unidas para siempre.
Pregunté por ti y me dijeron que estabas serena,
abrazada a tu pequeña, dándole besos,
y cubriéndola de amor doliente.
Y tu imagen me llevó a la cruz,
a María abrazando a un Cristo descendido,
al dolor infinito y desgarrador de una madre
acunando a su hijo, que ya goza del Padre.
Te veo a ti, María, madre,
entregando a esa Virgen María,
– madre y María también -,
lo más preciado de tu vida;
de madre a Madre,
de tus brazos a los suyos.
Profundo acto de fe,
encarnación del dolor de la Virgen
en el tuyo propio,
en una acera teñida en rojo,
en una tarde de otoño.
Y pienso que has sido elegida,
aunque ahora no lo veas,
aunque el desgarro de tu alma sea infinito.
Pero no es casual la escena,
de María a María, de madre a Madre,
abrazando a tu hija igual que Ella
lo abrazó en la cruz,
aceptando el sacrificio más intenso,
entregada a la voluntad del Padre.
En la soledad de tu dolor
Sofía Cagigal de Gregorio
5 de noviembre de 2021
En la soledad de tu dolor rezamos por ti.
Es madrugada en este cinco de noviembre,
frío en tus huesos y en tu alma,
rota por un dolor insoportable.
No hay respuestas, no hay consuelo posible
más que el abandono a Dios.
Vidas rotas por una confusión,
por un accidente mortal en tu coche.
Un antes y un después.
Pero no estás sola.
Somos muchos los que rezamos por ti,
por tus hijos, por tu familia.
Y el poder de la oración es inmenso.
Pedimos para que tengas paz y consuelo,
para que no te cargues con culpas
que no te corresponden,
porque los accidentes suceden.
Pedimos para que sientas el amor de Dios
aunque no entiendas,
para que te dejes cuidar por los que te rodean,
para que puedas seguir la vida
y brillar con luz, en un futuro,
para que sepas que en la soledad
de tu dolor no estás sola y rezamos por ti.
A ti Maca querida
Sofía Cagigal de Gregorio
5 de noviembre de 2021
Nadie mejor que tú para coger las manos del que sufre,
para acompañar en silencio el dolor profundo,
para sostener a aquel que se derrumba ante lo evidente.
Y pasabas por ahí en el momento adecuado,
dispuesta a cubrir en sangre tus manos.
Siempre discreta, silenciosa, dulce, bondadosa,
convencida creyente,
con la serenidad que da vivir la vida de verdad,
dando valor a la esencia del ser humano,
a lo íntimo, lo verdadero, sin cosas superfluas.
Y en la paz de espíritu que irradias
socorriste a las alumnas como si fueran tus hijas
y sostuviste a una madre herida en las entrañas,
sin pensarlo, convencida de que era tu sitio.
Ayer tarde fuiste un ángel de luz entre la oscuridad.