El Ayuntamiento de Pamplona y la Asociación Navarra de Víctimas del Terrorismo de ETA (Anvite) han recordado y homenajeado este sábado por segunda vez a siete asesinados por la banda terrorista ETA, en atentados perpetrados en la ciudad.
Una iniciativa loable en los tiempos que corren. Tiempos en los que prima más el bienestar de los terroristas que el de los familiares de sus víctimas.
El gobierno de Pedro Sánchez tiene que pagar un precio por el apoyo que recibe de Bildu y de los partidos nacionalistas a su desastrosa acción de gobierno.
Sorprende, por tanto, que algunas asociaciones de víctimas le sigan el juego y acudan a sus llamadas y «salgan en la foto» todos juntos. Aquí en Navarra parece que afortunadamente eso no ocurre.
No debería consentirse la humillación de las víctimas, como tampoco debería consentirse un Gobierno que se apoya en aquellos que integran a los herederos de la antigua Batasuna-ETA (Sortu).