
Los datos de la encuesta de población activa (EPA) en España son malos, muy malos. También en Navarra.
Cerca de 4.000.000 de trabajadores en paro y cerca 800.000 más en situación de desempleo por ERTE, que el gobierno no incluye porque ha cambiado los criterios de conteo. En suma casi 5.000.000 millones de personas sin trabajo y con ello, más de 1.000.000 de familias con ninguno de sus miembros trabajando. Un panorama desolador.
La culpa, dicen, la pandemia.
Este país tiene su economía totalmente terciarizada, o lo que es lo mismo, casi el 80 % de su PIB proviene del sector servicios, que ya no funciona bien. Y los ingresos de sus tres subsectores, del turismo, del transporte y del comercio, están por los suelos. Confinados, con todo cerrado o a medio gas, con aforos reducidos. Una ruina.
Y ¿el gobierno qué hace?
Nada, ahora solo preocuparse de unas elecciones autonómicas, catalanas, acercar a asesinos de ETA, tramitar indultos a golpistas y utilizar la mentira para sus fines.
Negro presente y negro futuro para este país. Mientras tanto, el principal partido de la oposición actuando como algunos llaman la «derechita cobarde» y otros «maricomplejines» y la que llaman «extrema derecha», facilitando las cosas al gobierno con su abstención en el Congreso. El tercero, hoy aquí mañana allá. La que nos espera