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EDITORIAL: La mentira nunca será verdad

Por repetir una aseveración mil y una veces, hasta la extenuación, no significa que ella sea verdad.

Es lo que pasa con la llamada Ley Celaá. Una ley que machaconamente se dice que respeta la libertad de elección de los padres, cuando ello no es verdad.

El propio consejero de Educación del gobierno de Navarra así lo afirma constantemente, hasta el punto de que él mismo llega a creérselo.

La llamada Ley Celaá no defiende la libertad, sino la proscribe, al primar la educación pública frente a la privada y a la concertada, ya que, si un centro público tiene plazas libres no permite que haya concertados o privados.

Además, a los centros concertados y privados que ya existen, no les concede los llamados conciertos educativos o lo que es lo mismo financiación, como hasta ahora, y con ello los dispone a su cierre.

A la educación especial la hace desaparecer al obligar a sus alumnos a ir a centros ordinarios con las dificultades que ello puede producir.

En suma, que no se puede defender lo indefendible. La.mentira no se transforma en.verdad solo por el hecho de repetirla una y otra vez.

Pie de foto. Carlos Gimeno consejero de Educación y María Chivite. Archivo

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