Más de dos millones de firmas y miles de personas en coches (a causa del coronavirus) protestando en las calles de todo España contra la 8ª reforma de la Ley de Educación, Lomloe o «Ley Celáa» . Una ley que nace sin consenso y con el mayor rechazo de familia, escuela, profesores, sindicatos y sociedad. Una ley que dio paso al Senado por un voto de más en el Congreso y que con ello parece que va a salir adelante esta semana, a pesar de pedir su paralización antes de que se realice la aprobación definitiva.
La ministra de Educación, señora Celaá, debería reflexionar. Ninguna ley educativa aprobada en España en estás últimas décadas había concitado tanto rechazo. Una imposición pura y dura.
No ha habido ningún tipo de negociación con ningún estamento educativo. Y para más inri, se quiere aprobar en un estado de alarma. Deprisa y corriendo.
En suma, una Ley impuesta, cuya duración será la que dure este gobierno.