El ambiente político en este país, está cada vez más caldeado y se ponen en entredicho hitos clave para la democracia de nuestro país como son la restauración monárquica y la Constitución Española, pilares fundamentales del período de la historia contemporánea de España en el que se llevó a cabo el proceso por el que se dejó atrás el régimen del general Francisco Franco y España pasó a regirse por una democracia .
Declaraba ayer el presidente del PP y líder de la oposición, Pablo Casado, que “la Constitución es la consolidación de la reconciliación nacional y del éxito de una democracia que Podemos, los independentistas y el partido sanchista han puesto en la diana”.
Desde que Podemos y Bildu mandan en el gobierno, el ambiente se está volviendo irrespirable. Todo hay que cambiar, todo hay que «pervertirlo» . Además, se respira la revancha, se respira el odio hacia el contrario. Pablo Iglesias quiere abrir paso a una “república plurinacional”, a medio o largo plazo, y Arnaldo Otegui, que califica de «supremacista» a la Carta Magna, apuesta por la conformación de «repúblicas, en plural» para derrocar a la Monarquía o Bildu que, tras pactar los Presupuestos con Sánchez, dijo: “Vamos a Madrid a tumbar definitivamente ese régimen”.
No extraña, por tanto, que, cada vez más, haya manifiestos, haya opiniones contrarias en las redes sociales, no extraña que haya grupos enteros de personas que critiquen la acción de gobierno.
Todo va a más y a peor. ¿Hay manera de evitarlo?