Las declaraciones realizadas ayer por la presidenta de Navarra la socialista/nacionalista María Chivite con motivo del Día de Navarra en relación a su defensa del régimen foral, que caracteriza a esta región de España, además, de ser oportunistas, resultan poco creíbles.
Oportunistas por haber sido realizadas, precisamente, en el Día de Navarra y no cuando sus socios de gobierno piden una República vasca en la que, a parte de ir contra la Constitución que define el sistema político de este país, la Monarquía, se atreven a incluir a Navarra en sus proyectos soberanistas, sabiendo que «la Chivite» no va a decir ni pío.
Poco creíbles porque, lamentablemente, la presidenta Chivite practica un seguidismo, puro y duro, de su jefe Sánchez y este es capaz de abrir el «melón constitucional» y permitir la desaparición de Navarra para seguir en el poder y, obviamente, la señora Chivite no hará nada.
Increíble, pero cierto. Negro futuro le espera a Navarra