Las protestas violentas de estos últimos días parecen ser la guinda que faltaba al pastel, llamado pandemia, que estamos comiéndonos los españoles.
Una guinda que crea una sensación de inseguridad en las calles y que muestra el grado de descontrol y de caos a los que viene sometiendo este gobierno a la población española.
Descontrol que hace que los altos cargos gubernamentales nos vengan obsequiando últimamente hasta con ejemplos claros de lo que dicen defender, caso del feminismo. Basta ver los “comentarios sexistas y denigrantes” del «gestor» de la pandemia, el señor Simón, hacia las enfermeras en TV o que toda una ministra feminista y de Igualdad para expulsar a otra mujer de su partido aduzca que estaba embarazada y, por ello, a la calle.
Desastre tras desastre, pero el gobierno ahí sigue, sin visos de cambiar. Pero no pasa nada, oye.