
Hay una idea que empieza a calar entre un amplio espectro de la población española. No es otra que el espíritu de revancha que hoy tiene la izquierda de este país.
Un espíritu del pasado borra el presente. Más pendiente de lo sucedido hace 80 años que hace 80 días o en la actualidad inmediata.
Un gobierno que reivindica el pasado acontecido hace ya más de 80 años y que no reivindica lo sucedido hace 10, cuando terroristas de ETA mataban sin cesar a personas inocentes y, qué, aún hoy, cientos de sus asesinatos solo tienen el nombre de las víctimas y no de los verdugos, no tiene la legitimidad necesaria. Un Gobierno del que parte de sus ministros, ante un silencio que otorga, atacan al Orden y Monarquía establecidos por consenso.
Un hecho que no cuenta con la benevolencia de toda la población española.