Antaño una de las regiones españolas con mejor perfil económico, Navarra, a tenor de los últimos datos publicados sobre el PIB, se ha convertido en una de las peores.
Seguramente, se echará la culpa al coronavirus, pero es que esa caída en los primeros seis meses del año no es fruto solo del coronavirus.
Un dato, el turismo, que en el resto de España baja, aquí en Navarra no, por el empuje del turismo rural. ¿Entonces?
Seguramente, por la mala praxis de un gobierno «identitario» como el que tiene Navarra, más preocupado por el desarrollo de políticas lingüísticas de fomento del «euskera», idioma minoritario, por ejemplo, que por políticas que fomenten el desarrollo económico.
Seguramente, por políticas que contenten a los suyos propios y a los socios de gobierno (aumento del número de altos cargos) que por políticas verdaderas de desarrollo social.
Vamos un despropósito y que, encima, no tiene visos de cambiar.