Durante el reinado de Isabel II de España se produjeron dos fenómenos de consecuencias muy negativas para su reino.
Fueron las llamadas desamortizaciónes; en concreto la de Mendizábal, contra bienes de la Iglesia, y Madoz, contra los bienes de los Ayuntamientos. La idea era conseguir ingresos para paliar la economía de aquel entonces.
En la actualidad, más de 170 años después y, salvando las distancias, nos encontramos con la elaboración de un censo (recuento) de viviendas vacías, aquí en Navarra. ¿Sus fines? Dar solución a quienes demandan una vivienda en alquiler, dicen.
El procedimiento recuerda a una expropiación de los bienes privados de una persona, de su trabajo, una desamortización como las de tiempos pasados, ya que si se comprueba que esa vivienda está sin uso, pudiera ser susceptible de pasar a manos públicas.
En estos tiempos que corren, el control del Estado de todos los aspectos de la vida cotidiana de sus ciudadanos empieza a ser preocupante y alarmante. La libertad está desapareciendo a marchas forzadas de la sociedad española y no parece que vaya a tener solución a medio plazo.