NAVARRAINFORMACIÓN.ES
Vox, una vez en la carrera política con representación parlamentaria y tras el aumento de escaños en las elecciones del pasado 10 de noviembre, se entrega a atraer al votante de izquierdas y modificar sus propuestas
Vox intenta ensanchar su base en una España muy polarizada. Según publica Maite Loureiro en Libertad Digital, los principales dirigentes de la formación presumen de haber conseguido provocar una brecha convirtiéndose así en un partido «transversal».
Un importante cargo de Vox explica que han crecido todo lo que podían por la derecha y que será difícil seguir «pescando» votos entre los descontentos con el PP.
Para ello, Vox explotará todavía más la estrategia de «lanzarse al ‘voto obrero’, centrando su discurso en la inmigración ilegal, la vivienda, la okupación o el paro.
Según deztacan los dirigentes verdes, el crecimiento lo han tenido en el llamado «cinturón rojo de Madrid» y municipios de la periferia como Leganés o Getafe. El objetivo para ellos son los votantes de izquierdas menos ideologizados para «convencerles» de que hay otra alternativa.
El partido modifica sus propuestas originarias y/o las suaviza
El partido ha comenzado también a cambiar algunas de sus propuestas, como es la Constitución y las Comunidades Autonómicas, el sistema de pensiones, sanidad privada, el abaratamiento de los despidos…
El portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, el día de la Constitución pasó de defender acabar con las Comunidades Autonómicas a defender la necesidad de «simplificar» el Estado autonómico. Ahora el discurso de Vox se dirige más a pedir la recuperación de competencias.
También están rebajando algunas de sus iniciativas más liberales. De apostar por una reforma del sistema de pensiones hacia uno mixto de capitalización, obligatorio para los menores de 25 años, pasan a renunciar y proponer la voluntariedad a toda la población.
En sanidad también dan marcha atrás y si bien pedían reformar la sanidad para «descolgarse» del sistema público por uno privado. Ahora ya sólo hablan de que el «Estado central recupere esta competencia».
De la misma manera, se desdicen de la propuesta de abaratar todos los despidos a 20 días por año trabajado o priorizar las negociaciones individuales en las empresas frente los convenios sectoriales o colectivos. Al igual que se oponen ahora a vender todas las empresas públicas que generan pérdidas o a privatizar compañías nacionales como AENA.