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El esperpento de sus ”señorías”, “la Tómbola El Cubo” y una inocentada que podría ser fatal

Recuerdo que hablaba de “esperpento” tras la formación del Congreso saliente de las elecciones del 20-D-2015, en las que se tambaleó por primera vez el bipartidismo que, cierto que más mal que bien, “funcionó” hasta entonces en España, siempre con la inentendible dependencia de los dos grandes partidos, PP y PSOE, de los nacionalistas-para cualquiera que conociera un poco la Historia de España del último cuarto del Siglo XIX y los años 30 del XX-. Evidentemente, después del poco paliativo resultado de la repetición electoral del 26-J-2016; la falta de decisión para rematar al Partido Siempre Opuesto a España -que en mi opinión se hubiera producido de haber ido a unas terceras, como expuse en su día en otro artículo-; la pantomima de intervención de Cataluña tras el desafío del fugado y sus compinches; la moción de censura del resucitado doctor Plagio cum Fraude, al que sus compañeros no “remataron” -políticamente hablando, claro-, apoyado por los partidos anticonstitucionalistas y enemigos de la Unidad -y algo más- de España; la ingobernabilidad del “triunfador” de la moción; la convocatoria anticipada -aunque mucho más tarde de lo que había prometido cuando presentó la mencionada moción- de elecciones generales, 28-A-2019, que no sirvieron para nada; dos investiduras fallidas y nueva llamada a urnas, seis meses y medio después -previa sentencia descafeinada del Tribunal Supremo por el golpe de Estado secesionista-, que sirvieron para menos aún, excepto para desdecirse el eterno aspirante de lo que “le quitaba el sueño” unas semanas antes y fundirse con el causante del insomnio, menos de 48 horas después, en un falso abrazo de “enamorados”; el descarado guiño a ERC con reuniones discretas y secretas para disfrazar la venta de España a las exigencias separatistas; una nueva constitución de las dos Cámaras -la Baja o Congreso y la inexplicablemente llamada Alta o Senado-; la nueva ronda de consultas de Don Felipe VI -que al final le va quitar el puesto a Elena Francis o a Encarna de noche-; la decisión de las juntas penitenciarias catalanas de conceder el segundo grado a los políticos presos y condenados -en mala hora se transfirió esa competencia a Cataluña, don Felipe González y sucesores, que no hicieron nada al respecto-, etc., etc., no cabe duda de que el bueno de don Ramón del Valle Inclán se queda en autor aficionado del género que él creó y que esta casta política ha desbordado con creces.

Recuerdo también, de pequeño, adolescente y joven -muy lejos ya esas tres etapas de mi edad actual-, una “institución” que nunca faltaba en las Ferias de Mayo y Septiembre de mi querida Córdoba, que algunos recordarán, como era la famosa “Tómbola El Cubo” y su no menos popular eslogan “Siempre premia”, cuyo “emblema” más característico era la que ellos publicitaban como la  “Muñeca Chochona” -posiblemente hoy serían condenados por las hordas feminazis por este nombre-, una pepona inocente que bien podrían representar hoy, entre otras -no por lo de “inocente”, claro- Ada Colau, Adriana Lastra o Carmen Calvo que, como cordobesa, tal vez hasta la recuerde. Y digo que recuerdo aquello porque, el hoy convertido en generosa ONG, antes Estado Español, parece la versión Siglo XXI de aquella “fábrica de regalos”. No de otra forma se explica que su brazo ejecutor, el Ministerio de Hacienda -hoy en manos de una “miembra” de aquellos corruptos gobiernos socialistas de la “Unta” de Andalucía– publicara las subvenciones a partidos políticos por sus logros electorales. Así, el citado ministerio concedió en las inútiles elecciones del 28-A la cantidad de 21.167,64 € por escaño -Congreso o Senado-, además de 0,81 € por cada voto al Congreso, siempre que se consiga al menos un escaño, 0,32 € por cada voto al Senado, con la misma condición de alcanzar un escaño y, por si fuera poco, “el Estado subvencionará a partidos, federaciones, coaliciones o agrupaciones, los gastos electorales originados por el envío con 0.21 € por elector en cada circunscripción en la que haya presentado lista al Congreso y al Senado, siempre que la candidatura hubiera obtenido el número de Diputados o Senadores, o de votos, preciso para constituir un Grupo Parlamentario en una u otra Cámara”. Todo esto para unas cámaras que no consiguieron cumplir su primera obligación, formar Gobierno para la Decimotercera Legislatura -treceava, hubiera dicho aquel ministro socialista de Educación, Javier Solana, en los comienzos de lo que después sería una dilatada trayectoria internacional-, sino que dieron lugar a una segunda convocatoria de elecciones que ya dije que no sirvieron para aclarar nada el panorama, pero eso sí, sus “señorías” se apresuraron a recoger su “equipo de trabajo” de última generación, nombrar asesores, formar grupos parlamentarios y las correspondientes comisiones antes de las vacaciones de verano, para añadir a su poco meritado sueldo de parlamentario, los pluses derivados de formar parte de alguna como cargo o simple miembro “de cuerpo presente”, que todo deja algo.

Esta “generosidad” del papá Estado benefactor de la casta política, se vio recortada en un 30 % para las elecciones del 10-N pasado, lo que no se sabe es si ante el fiasco de la legislatura que ni siquiera empezó a andar por la falta de acuerdos citados, se haya procedido a devolver algo de lo recibido, medios materiales personales -en cualquier caso por los que salieron de tan efímero puesto- o económicos por los partidos, al menos proporcionalmente al periodo desde que se disolvieron las Cámaras “sin estrenar” hasta los cuatro años teóricos de legislatura. Sería lo lógico ¿no? Pero sigamos con las subvenciones para las nuevas Cámaras de la Decimocuarta Legislatura. En este caso serán 14.817,35 € por escaño de diputado o senador más 0,57 € por voto al Congreso y 0.22 € por voto al Senado, siempre en las mismas condiciones de conseguir al menos un escaño, de acuerdo con la Orden del Ministerio de Hacienda publicada en el BOE. Lo que no cambia es el importe de 0,21 euros por elector para cubrir gastos de envío directo -papeletas, propaganda y publicidad- con los mismos requisitos anteriores de “…constituir Grupo Parlamentario en una u otra Cámara”. Grupos que, una vez validados por la Mesa, cobrarán 29.026 € al mes, además de una cantidad variable en función del número de escaños que se fijará sobre la base de 1.670,17 €/mes por diputado. ¿Se entiende ahora el interés de los partidos por conseguir como sea formar grupo parlamentario propio o con escaños prestados? Por cierto, se fijaba para ayer, día 11, la formación de los grupos y en breve conoceremos la de las correspondientes comisiones y sus componentes que, a la asignación básica de 2.981,86 €/mes sumarán las que se fijen, que para la Mesa del Congreso oscilarán entre 3.257 € para el presidente y 1.002 € para los secretarios y algo parecido para el Senado, aparte de gastos de representación y de libre disposición, así como 1.921 €/mes en concepto de “indemnización” que recibirán los diputados de circunscripciones de fuera de Madrid -muchos residentes en la capital- o los 917 €/mes los “madrileños”. Todo ello desde el día 3, que se constituyeron las Cámaras. Que no les falte de “ná” a sus “señorías” para la Navidad, esa en la que un 70 % de los “elegidos” no creen.

Y para que el esperpento sea completo, los representantes del PP y de VOX en la Mesa del Congreso -por supuesto los de PSOE y Podemos también- parece que votaron a favor de que ERC y EH Bildu tengan grupo parlamentario propio pese a los “particulares” acatamientos que emplearon los diputados de estos partidos al jurar o prometer sus cargos.

Mientras tanto, siguen los juegos de trileros entre PSOE y su director PSC con ERC, presionada por el Junts per Cataluña desde Waterloo. Los tres primeros han celebrado ya tres reuniones, dos de ellas en Barcelona, saldadas con fórmulas híbridas de entendimiento. En la primera se hacen públicos dos comunicados, ERC decía que su postura en relación a la eventual investidura “sigue siendo negativa” y que hay que “abordar políticamente un conflicto que es, esencialmente de naturaleza política, mientras el PSOE hablaba de “Encauzar el conflicto político de Cataluña”. En la segunda, teóricamente “secreta”, los primeros insistieron en que “hay un conflicto político que debemos resolver políticamente” mientras los segundos hablaban de “activar la vía política y, por último, la tercera se resume en un comunicado conjunto de siete líneas para la “Definición de los instrumentos necesarios para encauzar el conflicto político y “Abordar el acuerdo desde el respeto y el reconocimiento institucional mutuo”, o sea ¿iguales?, es decir el guión dictado desde Cataluña y Bélgica a la marioneta fraudulenta que sólo quiere seguir en el colchón de la Moncloa el tiempo que sea posible y a costa de lo que haga falta, “comprometiéndose” -que ya sabemos lo que para este personaje significa- con su postureo característico a que , “en caso de que se alcance un acuerdo con ERC para desbloquear la investidura, éste se hará «público» y será «dentro del marco de la Constitución». Ya se encarga el que manda en ese partido, el “bailón” Miguel Iceta en preparar el terreno con su visión de “naciones” dentro del Estado español: «Las he contado. Según los Estatutos de Autonomía, ocho, y si sumamos el preámbulo de Navarra, nueve. Los Estatutos de Galicia, Aragón, Valencia, Baleares, Canarias, Andalucía, País Vasco y Cataluña dicen que son nacionalidades, o nacionalidades históricas. Nación y nacionalidad son sinónimos» ha dicho tan pizpireto, como es él. O sea que ni leer sabe el ahora “diplomado” en Geografía e Historia. Pues verá, Sr. Iceta, nuestro diccionario de la RAE en ningún caso establece como sinónimos esos dos términos como sí lo son “estulticia” y “necedad”, que le vienen que ni pintados a ustedes. Para su conocimiento, Nación tiene tres acepciones: “1.- Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno. 2.- Territorio de una nación. 3.- Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común”. Tres condiciones que no se ajustan precisamente a la realidad de Cataluña, que por mucho que quieran los separatistas está bajo el Gobierno de España, incluso el actual, mal que les pese; siempre fue parte de algún territorio perteneciente a otra nación, ya sea la milenaria Hispania romana, Aragón, Francia o España desde hace más de quinientos años y por mucho que insista el condenado y “visionario” Oriol Junqueras, ni los catalanes tienen el mismo origen y mucho menos superior ni su lengua y costumbres son únicas. Por su parte, Nacionalidad también tiene otras tres, las dos primeras, “condiciones” de formar parte de una nación, que ya hemos visto que no lo es Cataluña: 1.- Condición y carácter peculiar de los pueblos y habitantes de una nación. 2.- Vínculo jurídico de una persona con un Estado, que le atribuye la condición de ciudadano de ese Estado, en función del lugar en que ha nacido, de la nacionalidad de sus padres o del hecho de habérsele concedido la naturalización”. Y la tercera, creada ad hoc, por la absurda cesión hecha en la Constitución Española a los nacionalistas: 3.- Comunidad autónoma a la que en su Estatuto, se le reconoce una especial identidad histórica y cultural”, que se reduce al corto periodo que la Segunda República permitió la perversión del lenguaje que ahora se quiere continuar por la vía de los hechos, muchos de ellos delictivos, sin razón ni fundamento histórico alguno.

Ante todo eso, la irrelevancia en que ha quedado Ciudadanos y, por tanto, el último mensaje de Inés Arrimadas, el silencio preocupante de Pablo Casado y las dudas sobre si el Rey tendrá el valor de tomar la decisión que necesita España, en lugar de encomendar la investidura al que quiere apoyarse en los que pretenden precisamente acabar con la Monarquía, ofrecen un oscuro panorama en lo que podría ser una fatal “inocentada” si, como pretende el aspirante, se cerrase un acuerdo in extremis el próximo 28 de Diciembre, que parece improbable porque los de ERC están pendientes del calendario judicial de aquí al 19 de Diciembre, con tres incógnitas judiciales por resolver, una vez conocida ayer la resolución de instituciones penitenciarias sobre la concesión del segundo grado a los políticos condenados por sedición, la vista sobre la Euro Orden respecto a la posible inmunidad o no de Carles Puigdemont, la sentencia definitiva del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la de Oriol Junqueras y la inhabilitación de Quim Torra que pide la Fiscalía por su delito de desobediencia por no quitar los lazos amarillos de las instituciones catalanas. Y mientras, algunos barones socialistas -modernos (González, Guerra, Corcuera, Vázquez o Leguina) y antiguos (García-Page o Lambán)- amagan sin dar, por si acaso, desde su “preocupación” sobre las peligrosas alianzas de su todavía Secretario General.

Antonio de la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión

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