Tras las criticas recibidas, por parte de los grupos políticos con representación parlamentaria en el Parlamento navarro, salvo el suyo propio, el PSN, por la sobreabundancia de nuevos altos cargos y tras la pérdida de un diputado, la presidenta socialista/nacionalista, María Chivite, debería abrir un periodo de reflexión.
¿Cómo es posible que para unas actuaciones similares a las del Gobierno anterior, formado por sus actuales socios, se hayan tenido que nombrar innumerables cargos de gobierno, cuando una de las máximas debería ser la de la contención del gasto ante una situación económica negativa como la que viene encima?
No se entiende más que como un pago a favores prestados y por presuntos amiguismos, que obligan a engordar una estructura de gobierno infumable, alejada totalmente de una buena práctica de Gobierno.
Sino no se entiende tamaña actuación. Los políticos creen muchas veces que están por encima del bien y del mal. Todo vale. Vale todo con tal de una cosa, el puesto y la poltrona. Y ya se está viendo estos últimos días, todo con tal de seguir gobernando, mal gobernando más bien.