Una evaluación constante de las ambulancias de urgencias y sus trabajadores evitaría riesgos para la salud como los derivados de un «deficiente» lavado de manos y un «inadecuado» lavado de ropa como los detectados por en la tesis doctoral que Tania Arenal Gota ha presentado en la UPNA
Para esta enfermera pamplonesa especializada en urgencias y emergencias y técnica superior en prevención de riesgos laborales, “es preciso realizar una valoración constante de las ambulancias de urgencias y de sus trabajadores, de tal forma que se fomente la investigación y la innovación continua y se prevean siempre los riesgos que pueden tener tanto los profesionales como los pacientes”.
Para estudiar los riesgos laborales a los que están sometidos estos profesionales sanitarios, desde el punto de vista psicosocial, de la higiene, la ergonomía y la seguridad, Tania Arenal se ha basado en las cuarenta ambulancias de asistencia de emergencia integradas en la Red de Transporte de Emergencia de la Comunidad Foral (35 de ellas, de soporte vital básico y las cinco restantes, de soporte vital avanzado).
En concreto, la investigación sobre la higiene y la seguridad se ha centrado en el lavado de manos y de la ropa labora, el primer estudio de estas características realizado en Navarra y que «muestra que el cumplimiento de la higiene de manos entre los profesionales del transporte sanitario se sitúa en el 18,81%, un porcentaje inferior en comparación con lo publicado en el ámbito hospitalario, que oscila entre el 30 y 50%”, indica la autora de la tesis.
Entre las causas de este comportamiento, la investigadora enumera “la alta carga de trabajo, los factores cognitivos y las lagunas en el conocimiento sobre medidas básicas de control de infección tales como la higiene de las manos o el uso inadecuado de guantes”.
Tania Arenal señala además que es “imprescindible conseguir un protocolo de limpieza de los uniformes y que este se lleve a cabo por parte de la empresa independientemente de su tamaño y titularidad”.
Desde el punto de vista de la ergonomía, la investigadora también ha constatado que las piernas de los profesionales, y no la zona lumbar, soportan más el peso del paciente al ser descendido de la ambulancia y por eso bajarlo en la dirección de desplazamiento “disminuye la aceleración de las piernas” y el esfuerzo físico), por lo que esta posición es “ergonómicamente la mejor”.
Finalmente, desde la perspectiva psicosocial, los resultados de la tesis de Tania Arenal reflejan que lo que más afecta al cansancio emocional es el tipo de contrato, de tal forma que aquel disminuye cuando se es funcionario, mientras que aumenta el desgaste profesional o síndrome de cansancio emocional (el denominado “burnout”) si se tiene una percepción propia peor de la salud.
“La búsqueda de una mejor atención a los pacientes y de la prestación de mejores servicios sanitarios no puede depender sólo de aspectos técnicos, administrativos o de dotación de medios. Es el factor humano lo que es irremplazable en la atención sanitaria. Por lo tanto, los riesgos a los que se ven expuestos los profesionales sanitarios en las ambulancias de urgencias precisan de una constante revisión e innovación para su control y minimización en la medida de lo posible. Además, la formación de este personal es algo fundamental para disminuir la exposición a los riesgos”, concluye la investigadora. EFE