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Y sus “señorías” se van de vacaciones, con el “impulso” del CIS, Centro de Invenciones Sánchez

Como ya sabrán  los lectores, y estaba dentro de lo posible, se cumplió el escenario que pedía en mi anterior artículo y nuestro Santo Patrón Santiago, nos ayudó a que no llegara al gobierno el neocomunismo bolivariano que se temía como un daño más que posiblemente irreversible para España. Tras unas últimas horas de rumores, contradicciones y, por qué no decirlo, oraciones por parte de bastantes, el Dr. Cum Fraude no sucumbió al último arrastramiento del marqués de Galapagar que renunciaba a todo a cambio de “las políticas activas de empleo”, algo, al parecer, transferido a las comunidades autónomas, demostrando el desconocimiento del panorama político competencial que tiene el protector de la hasta ese momento potencial vicepresidente consorte, la prolífica Irene Montero, “unida y pudiente”, nunca mejor dicho desde su mudanza a la zona noble de la Sierra madrileña en su mansión de saldo -según las inmobiliarias estaba tasada en más de 1’2 MM€ y se escrituró por 0’65MM€, la mitad, por cierto en presencia del tesorero de Podemos ¿qué pintaba allí ese personaje?- custodiada por una buena dotación de nuestra Benemérita Guardia Civil para evitar los escraches que ellos implantaron y ejercen en cuanto pueden para los demás.

Precisamente el “desconocimiento”, “falta de experiencia en gestión” lo llamó el “experto” que demostró su “experiencia” copiando buena parte de su tesis doctoral, fue el argumento que el clon Pedro Sánchez dio para hacer inútil el esfuerzo de mediación que su modelo José Luis Rodríguez, podemizado desde su cena con Pablo Iglesias en casa del Sr. Bono en enero de 2015 y ahora en su nueva faceta de asesor del “demócrata” Nicolás Maduro, intentó ejercer a favor del “casual” -lo digo por su atuendo, que en inglés se diría así- y desaliñado PabLenin, que aludió en su última súplica al “consejo de  un ex alto cargo” del Partido Siempre Opuesto a España, del que fuera digno sucesor y, me atrevo a decir, recreador, el de Valladolid/León, ahora venezolano. Una última intervención oral del líder morado que todavía fue seguida, esta vez por lo bajini, de un “¡Qué poca vergüenza!”, que se pudo leer en sus labios cuando otra “premio nobel”, Adriana Lastra, portacoz del PSOE, ponía el broche de latón, que no de oro, del NO de su elector a la fingida sumisión del “lobo”, “socio preferente” lo había llamado el candidato repetidas veces, que hacía un último esfuerzo para propiciar el escenario que permitiera después lanzarse al cuello de su enemigo político, que no otra cosa se pretendía con ese esperpento de “negociación” para la investidura que se convirtió en embestida. Y para que no faltara de nada en la representación, el candidato se despidió de la tribuna espetándole a su socio que “España necesita un Gobierno coherente y cohesionado, no dos gobiernos en uno” y remató con «Si para ser presidente del Gobierno tengo que renunciar a mis principios…, usted está en lo cierto, señor Iglesias, yo no seré presidente… ahora» -espaciando las dos últimas palabras en un claro aviso de que no va a desistir en su mayor principio, seguir en La Moncloa y en el Falcon y en Doñana o en La Mareta… como sea, que decía su maestro- y “si me obliga a elegir entre la presidencia del gobierno de España y optar por mis convicciones, no tengo ninguna duda, elijo mis convicciones…” que, “si no quieres caldo, dos tazas”, p’a que vuelvas.

Bochorno, es la palabra que mejor define el sentimiento de una mayoría de españoles ante la parodia de debate que presenciamos en esas cuarenta y ocho horas de la semana pasada, cerrada, gracias a Dios y a Santiago Apóstol, “matacomunistas” también ahora, además de “Matamoros”, con una abstención que los enemigos de España decidieron a última hora y que era la patada en el trasero que Mr. Falconeti merecía por parte de todos los españoles. No deja de ser patético que si Phileas Fogg -en la conocida novela de Julio Verne– dio “la vuelta al mundo en 80 días», estos «artistas» de PSOE y Unidas Podemos no hayan podido completar su negociación en ese tiempo, pero en este caso más vale patetismo que la ruina política, económica y moral que podía llegar con ese pacto mortal.

Y, tras el “éxito” político de buena parte de sus señorías después de tres meses de “agotador trabajo” para la mayoría de los “culiparlantes” que calientan los asientos del hemicirco, sin el menor atisbo de “vergüenza torera” proceden, sin inmutarse, a repartirse las representaciones en las diferentes comisiones que a día de hoy no sabemos si llegarán a ejercer ante la posibilidad no remota de que haya que repetir las elecciones generales en Noviembre, con sus complementos salariales correspondientes, “comm’il faut”, para que nuestros sufridos “representantes” se vayan a sus “merecidísimas vacaciones” con el riñón bien cubierto, faltaría más. Todo ello ante una nutrida serie de “excusatio non petita accusatio manifesta” que se han apresurado a dar algunos de ellos: “Yo trabajo allí todos los días”, supongo que se refiere al Congreso doña Ana Pastor -la buena amiga del Sr. Rajoy, no la señora de Ferreras-; “Podemos no se va de vacaciones”, afirma el gran negociador podemita, Pablo Echenique o “en agosto, sólo habrá un viernes sin consejo de ministros”, que justificaba la inconmensurable egabrense, Carmen Calvo “Dixit…”, y “Pixie”, que añadió de su cosecha intelectual.

No podía faltar el inestimable y generoso regalo vacacional del no menos inconmensurable José Félix Tezanos -100.000 € de sueldo anual lo contemplan- que, con su habitual y ya descarada cocina del gratis total, a 300.000€ por encuesta mensual a costa del sufrido y esforzado contribuyente que, al menos que yo sepa, nunca ha encargado encuesta alguna ni mucho menos con esa insólita e innecesaria frecuencia, nos deja su “pequeña” aportación para mayor gloria del beneficiado, en forma de nueva “toma” de la opinión de los españoles -¡toma ya!, habría que exclamar-, que cada vez  parece más la exclusiva opinión de los votantes del PSOE. Parece inconcebible que la misma encuesta que dice que un 66% de los encuestados no está de acuerdo con cómo se ha desarrollado la negociación PSOE/Podemos -junto con otras en las que al menos el 50% culpa al PSOE de la falta de acuerdo-, dé cómo ganador absoluto en este momento al PSOE, con una intención de voto del 41’3%, casi 13 puntos más que hace tres meses -28’6% obtuvo el pasado 28A- que le darían prácticamente la mayoría absoluta en una hipotética nueva llamada a las urnas y no entiendo cómo no se apresura a convocar el hoy candidato frustrado con esos números que su digital presidente del, cada día más evidente nuevo CIS, hoy Centro de Invenciones Sánchez le otorga.

Junto a ese éxito abrumador no podía faltar tampoco el cada vez peor resultado de sus contrincantes políticos, cada encuesta a mayor distancia del okupa monclovita que no se cansa de perder debates de investidura. Así, el Partido Popular pasaría al segundo puesto pero se quedaría en un 13’7% de intención de voto, 3 puntos por debajo del resultado del citado 28A; Podemos, ahora tercero, obtendría el 13’1%, dejándose algo más de 1 punto respecto a la mencionada fecha; Ciudadanos sería cuarto con un 12’3% y 3’5 puntos de sangría y, por último, el mayor damnificado y quinto de nuevo, VOX, que se quedaría en un exiguo 4’6%, dejándose casi 6 puntos desde su “amarga victoria” de entonces. O sea que todos los desencantados con lo demás partidos, de izquierda, centro o derecha, votarían al PSOE. No está mal la fantasía del encuestador.

Y llegado aquí, me pregunto yo que, si en menos de tres meses de desgobierno en funciones -porque parece que la toma de opinión se cerró el 10 de julio- y sin hecho significativo alguno que se le conozca más allá de seguir fracasando en la exhumación de los restos de Franco y a punto de llevarse otro revolcón, del mismo “morlaco”, con la difícil “recuperación” del Pazo de Meirás para el Patrimonio Nacional -que según un informe, por supuesto “inocentemente” ocultado, no puede “recuperar” la citada Institución porque nunca perteneció a ella- el PSOE sube casi 13 puntos y todos los demás caen, en la próxima encuesta, previsiblemente en septiembre, sólo aparecerá con intención de voto el PSOE, razón de más para que no pierda un minuto para convocar elecciones a la vuelta de esas vacaciones que “nadie del gobierno se va a tomar”, según palabras de ayer mismo de la ministra de educación -de nuevo con minúscula- Isabel Celaá, otra inconmensurable del gabinete sanchista -y van tres, aunque podría seguir si no hubiera que limitar el espacio escrito-. Por cierto que la Sra. Celaá cada día se parece más a la  versión socialista de la señora Monjasterio, de VOX, en esa especie de moda de expresión monjil, con voz nasal, característica de la diputada regional madrileña, consorte del portavoz de los verdes en el Congreso de los “disputados”, todos afanados, como decía, en su la carrera a la membresía remunerada en alguna de las comisiones sin oficio por el momento.

Y hablando de portavoces, no pasa desapercibida la circunstancia de que, por primera vez, sean cuatro mujeres las encargadas de llevar la voz cantante de los cuatro principales partidos en el Congreso, Adriana Lastra por el PSOE, Cayetana Alvárez de Toledo por el PP -que por cierto se estrena hablando alto y claro en su primera entrevista. “BILDU no es un partido decente y moral; puede ser legal, pero no moral y cruza todas las líneas rojas”-, Inés Arrimadas por Ciudadanos y la casi vicepresidente Irene Montero por Podemos. O sea, dos portavoces y dos “portavozas”, que dirían las progres feminazis, y que darán juego sin duda. Una circunstancia que no sé yo si alegrará también al líder verde, Santiago Abascal, que hubiera disfrutado especialmente en las hipotéticas reuniones de portavoces y que no sé yo si le harán reconsiderar el nombramiento como portavoz de su grupo de Iván Espinosa, marqués de Saint Tropez, que se queda ahora solo “entre todas las mujeres”. Una tentación de retomar el puesto.

Se termina la semana entre artículos con los blindajes de sus ejecutivas que han hecho los dos socios obligados a entenderse del llamado hoy “centro derecha”, primero Alberto Carlos Rivera y un día después Pablo Casado, que se rodean de personas de su confianza para lo que viene ahora tras las no vacaciones, el segundo intento -“acto”, mejor dicho-  de investidura que, como decía, de no llegar a un acuerdo antes del 23 de septiembre, puede acabar con una nueva convocatoria electoral para el 10 de noviembre -ya anunciada como amenaza por el candidato “trifallido”- o un escenario más improbable aunque no imposible de que fuera el líder del PP el que se sometiera a la investidura con el apoyo de naranjas y verdes -como en Murcia y, algún día, en Madrid- y la abstención del PSOE, escenario que la citada Celaá calificaba ayer de “ocurrencia”, en una entrevista que la sustituta de Susana Grisó -que hace de “derechas” a la titular- le hacía en la versión de El Caso Siglo XXI en que se ha convertido Espejo Público. Decía a modo de justificación la ministra vasca que “el partido que ganó las elecciones fue el PSOE” y es el que tiene que formar gobierno, es decir, que cuando Sánchez se llevó los dos enormes batacazos en sus pactos con Podemos y Ciudadanos en 2016 no las había ganado el PP.

En agosto, más y me temo que no mejor.

Antonio de la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión

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