La líder de Bildu en Navarra decía ayer que a los homenajes y algarabías a los presos asesinos de ETA, salidos de las cárceles sin cumplir sus condenas, hay que darle «sentido de normalidad».
Unos homenajes que se llevan haciendo, saltándose la Ley y el Código Penal. Los últimos los de los asesinos etarras, Baldo y Ugarte, quien también secuestró a Ortega Lara en circunstancias inhumanas y mortales. Penas por asesinatos, secuestros y atentados que no han cumplido.
Hay que tener cara para decir estas palabras. Debe recordar Bildu que esos presos a los que se homenajea son asesinos de personas inocentes, no son simples presos comunes. Son asesinos.
Por lo visto, matar sale impune. Con cumplir una mínima pena de cárcel es suficiente. Un 15%-25% vale. Y por eso hay que recibirlos, legitiman y aclaman sus actuaciones, mientras sus víctimas están muertas, y las que no padecen, sufren y son cruelmente maltratadas. Y no pasa nada.
Eso mismo debe pensar el partido socialista y sus líderes, Sánchez en Madrid y Chivite en Navarra, que aceptan los votos de los defensores de estas alimañas. Eso sí, el primero, dice que llevará a la Fiscalía estos homenajes.
Debe ser que también lo consideran «normal». Y perdonen, pero es anormal, es vergonzoso y es infame. Pero eso, no importa, el caso es gobernar. Y dicen que es democrático.