Nieves Ciprés, periodista
Miguel Sanz Sesma, presidente del Gobierno de Navarra entre los años 1996 y 2011 y presidente de UPN entre 1997-2009. Está casado, tiene dos hijos y 6 nietos. Estudió magisterio, se licenció en Humanidades y realizó PDG (Programa de Dirección General) en el IESE Business School. Antes de presidir el Gobierno Foral fue Alcalde de UPN en su tierra natal, Corella, durante dos legislaturas y en la tercera también ganó con mayoría absoluta, ejerciendo hasta que fue nombrado Vicepresidente bajo la presidencia de Allí
En la actualidad es consejero de una empresa de logística, participa en varias fundaciones como la Fundación de Arquitectura y Sociedad o la Fundación para la Investigación Médica Aplicada (CIMA).
Sincero, sonriente, cercano, «vista al frente y paso corto» –como siempre ha mantenido- y tras un cordial saludo y cruce de palabras y recuerdos, sin dudarlo se dispone a ser entrevistado.
¿Quién es hoy el Miguel Sanz?
Una persona que está descubriendo que después de la política, de media vida dedicada a la política, hay vida. Aunque ahora medio jubilado, pero continúo el desarrollo profesional. Sigo trabajando en el mundo de la empresa y satisfaciendo mis inquietudes, entre ellas la familia y mis nietos.
Como expresidente y su experiencia en el «pacto» y la negociación en Navarra ¿Cómo se siente, qué opinión le merece la situación actual, tras las elecciones del pasado 26 de mayo? ¿Preocupado?
Estoy preocupado y decepcionado por la actitud que está manteniendo este Partido Socialista de Navarra creo -y lo digo con sinceridad- ha dado la espalda a lo que los ciudadanos han dicho en las urnas.
Si bien la conformación de mayorías es uno de los pilares de la democracia participativa, ésta debe cumplir con la regla de la alternancia, que supone también interpretar lo que los ciudadanos han dicho con sus votos y, en este caso, han reprobado, quitando la mayoría absoluta de 26 parlamentarios y reduciendo a 19, a quienes han ostentado el poder en el Gobierno de Navarra (Geroa Bai, Bildu, Podemos e I-E). Mientras han aprobado, aumentando de 24 a 31 parlamentarios, a quienes han ostentado la oposición, UPN, PSN y PP.
Tras las elecciones, PSN pega un quiebro, se une a los perdedores y se sustenta en un partido, Bildu, que todavía hoy no condena los atentados de ETA. Esto me produce una gran decepción, por no utilizar palabras gruesas como Alzórriz (secretario de Organización de PSN) que se ha venido arriba –como hoy dicen- permitiéndose el insulto, tildando a NA+ de alta traición o que UPN está difamando al PSN.
Si al final Chivite es presidenta es que ha pactado con Bildu, porque necesita sus votos, bien de manera directa o de manera indirecta y si no es presidenta no ha pactado con Bildu. El tiempo nos lo dirá.
«Podrían celebrarse nuevas elecciones en Navarra porque Bildu, que lleva en su ADN el “cuanto peor, mejor”, termine votando que no».
¿Le corresponde a Chivite ser la negociadora para la conformación de un posible Gobierno en Navarra?
Creo que le corresponde jugar un papel de negociación a la inversa. Quien tenía que haber tomado la iniciativa, en todo caso, era Javier Esparza, candidato de Navarra Suma, pero se vio frustrada, no porque quiso Esparza, sino porque desde el primer momento el PSN se negó y eligió el camino equivocado: irse con los perdedores y en sentido inverso al que han dicho los ciudadanos.
La regla de la alternancia se ha quebrado por mor de una decisión del PSN que se ha pasado del bando de la oposición, que es donde ha tenido el respaldo, a cubrir el batacazo que ha tenido el cuatripartito.
¿Cree que el documento de Gobierno (“confidencial”) presentado por el secretario de organización del PSN, Ramón Alzórriz, cuenta con Bildu?
Sí, sí. Es que necesita a Bildu y los nacionalismos en todos los aspectos. Ya dijo Bildu que si quieren su abstención tiene que negociar con ellos. Además, no hay más que sumar. El PSN es inferior, tiene 11, y los demás (Geroa Bai, Podemos e I-E) 12 parlamentarios. Es una minoría dentro de una mayoría de 23 y todavía es más minoría si a esos 23 se suma Bildu.
Para ser elegida presidente tiene que tener más votos a favor que en contra, luego o se abstiene Bildu o vota a favor.
Ante esta situación ¿ve unas nuevas elecciones como posible solución?
Cualquier cosa para evitar que el nacionalismo, otra vez, campe a sus anchas y creo que lo va a hacer con el nuevo Gobierno. Cualquier solución, por tanto, es mejor que un nacionalismo en una comunidad que permanentemente está siendo requerida en sus planteamientos políticos para conformar esa quimera que llaman Euskaleherria.
Un Gobierno en manos del nacionalismo, al final terminará eliminando a Navarra como Comunidad Foral diferenciada y la convertirá, tarde o temprano, en una provincia más de ese ente.
Como caminemos en este sentido que pretende el partido socialista, veremos lo que ocurre, porque sí o sí necesitan al nacionalismo. Si al final se da cuenta de que se ha metido en un callejón sin salida terminará haciendo el ridículo y harán buena la frase de Napoleón tras su retirada ante las tropas rusas “de lo sublime a lo ridículo no hay más que un solo paso”.
«Si no queremos caer en el nacionalismo, tenemos que unirnos las fuerzas constitucionalistas».
Entonces ¿Detrás de María Chivite y del PSN, a la sombra, está mandando ese nacionalismo?
Hay bastantes datos que así lo indican. El último cuando Uxue Barkos, presidenta de Geroa Bai, le lanzó un SOS a Chivite cuando dijo que estaba dispuesta a hablar con Navarra Suma, rápidamente Alzórriz (secretario organización PSN) negó y precisó que con Navarra Suma nada. Siguen plegándose al dictado de Barkos.
¿Qué opina de la postura de NA+ y su candidato, a veces silencio, Javier Esparza en estos momentos? Llamó la atención que no apoyará la concentración ante la sede PSN pidiendo la no negociación con Navarra.
Creo que Esparza tiene poco margen de maniobra. Se ha quedado solo y le han negado todo. Está haciendo cosas, las que se conocen públicamente y las que no, pero es que es muy difícil hacer algo cuando lo demás se te ponen de espaldas y no quieren nada contigo. Yo no tengo ningún motivo para criticar a Javier Esparza.
En cuanto a que apoye o no ciertas iniciativas hay que respetar si es conveniente o perjudica una posible aproximación con quien representa el constitucionalismo, que no es otro que el PSN, a pesar de las contradicciones que estamos viendo hoy. Si no queremos caer en el nacionalismo, tenemos que unirnos las fuerzas constitucionalistas.
Dentro de tanta negociación, ¿siempre hay un halo de esperanza? ¿cree que Chivite puede llegar a reconsiderar su postura de acuerdo con nacionalistas y gobierne o deje gobernar a NA+ (el más votado)?
¡Ojalá! La única posibilidad sería que al PSOE, ante unas nuevas elecciones, no le interese que Navarra, una influencia enorme en las elecciones generales, haya un acuerdo con los nacionalistas y esto le haga retrasar al PSN los acuerdos. También podrían celebrarse nuevas elecciones en Navarra porque Bildu, que lleva en su ADN el “cuanto peor, mejor”, termine votando que no. Insisto, y si Chivite no llega a la presidencia es porque no ha pactado con Bildu.
«Maya es Alcalde porque es el más votado, con 13 concejales, a uno de la mayoría absoluta y porque Bildu no votó a Esporrín, no porque los socialistas votaran a Maya.»
Pero PSN pone Pamplona como ejemplo de que no han pactado con Bildu y, por eso, Enrique Maya es Alcalde….
Esa excusa no me sirve. Enrique Maya es Alcalde de Pamplona a pesar del PSN. Recordemos, Maite Esporrín, se presentó como candidata ¿eh? y no fue elegida porque Bildu no le votó, aun cuando la socialista dijo que aceptaría sus votos para ser alcaldesa.
Y Maya es Alcalde porque es el más votado, con 13 concejales, a uno de la mayoría absoluta y porque Bildu no votó a Esporrín, no porque los socialistas votaran a Maya. Con 5 concejales quería ser alcaldesa y, repito, pretendió que le votara Bildu.
La situación de Podemos en la Rioja contra la investidura de la candidata socialista, como posible presión a Sánchez, y la postura en Navarra de exigir consejerías en el Gobierno ¿cree que puede marcar un antes y un después o un bloqueo en las negociaciones de Chivite?
No creo que sea síntoma de bloqueo. Van a seguir adelante. En las negociaciones están más personas que el número de representantes de cada uno de los partidos, son 11 las consejerías que se barajan, dos más que las que se repartieron entre el cuatripartito. Está claro que es para dar cabida a todos en el Gobierno.
Los ciudadanos navarros han votado el cambio. Han dicho no al cuatripartito y a los que han ejercido la oposición, coincidiendo en más del 90% en las iniciativas presentadas por UPN y PSN, les han avalado pidiéndoles que gobiernen en coalición: presidente Javier Esparza y vicepresidenta, María Chivite.
«Siguen plegándose al dictado de Barkos».
Sobre Navarra Suma y UPN
Texto
¿Qué futuro augura a UPN dentro de la coalición de NA+, gobierne o no gobierne? ¿UPN hablará como UPN o como NA+?
UPN tiene que profundizar que tiene un alma foral, es heredero del convenio, del «pacto» y del fuero. Tiene cuerpo para ejercer su política económica desde un pensamiento liberal, desde un pensamiento conservador en lo ético y progresista en los asuntos sociales. UPN tiene que recuperar el alma identitaria y de defensa de una Comunidad Foral que forma parte de España, no sólo por “pacto”, sino por convicción de que, por ser navarros y forales, somos españoles.
Tiene que fortalecer el partido y su autonomía.
Los políticos no lo comentan, pero, a pie de calle, se percibe la idea de que UPN se pierde en la coalición Navarra Suma ¿Cómo lo ve quien también fue presidente de UPN?
Eso es así, pero no quiero pronunciarme en esa idea porque no me corresponde, ya lo hice en su momento. Sigo teniendo mi opinión, no pretendo generar ninguna confrontación, sino aceptar la realidad y el momento actual. Valoremos ahora dónde estamos, cómo estamos y luego veremos a dónde queremos ir. Una cosa es el cuerpo del partido y otra el alma.
Dejando aparte si ha sido o no un acierto la coalición, ¿augura futuro a Navarra Suma?
Habrá que estudiarlo en una análisis muy profundo.
Una cosa son elecciones al Senado, por ejemplo, y otra muy distinta las elecciones forales, donde sí hay diferencia entre un partido y otro. Entre UPN y Cs, sin duda. En política existen pactos “pre” y “post” electorales.
El gran beneficiado de la coalición ha sido el PP en Navarra que iba a la desaparición ¿Ve posible una fusión de PP en UPN como en 1991?
Si, siempre y cuando esto no elimine la autonomía en adoptar las decisiones que afecten al interés general de Navarra, es decir que no se adopten desde el PP en Madrid. Recuerdo, en aquellos años de pacto de UPN-PP, cuando dije a un dirigente del PP que Navarra se gobierna desde Carlos III, no desde Génova 13.
En el caso de nuevas elecciones en Navarra, ¿UPN volvería a presentarse conformando esta coalición?
Ya que estaríamos hablando de nuevas elecciones, creo esta decisión debería tomarse en los órganos de cada partido.
Pobre Navarra en manos de los separatistas vascos, de Podemos, del Psoe y de Izquierda-Ezkerra. El cuarteto del terror. El Psoe solo sabe pactar con partidos ultras, no está capacitado para llegar a acuerdos con Cs, PP o Navarra Suma. Es preocupante la deriva radical de este partido que siempre había tenido sentido de Estado hasta la llegada de Zapatero y Sánchez que lo ha cambiado todo…