María Soledad Chávarri, hija de Miguel Chávarri, asesinado por ETA en 1979, ha señalado este domingo que es «muy doloroso» ver cómo a los etarras que salen de la cárcel les reciben en sus pueblos «como héroes». ¿Os imagináis que se hicieran homenajes a los violadores?, se ha preguntado.
Chávarri es una de las cuatro víctimas del terrorismo de ETA y de atentados yihadistas que ha expuesto su testimonio en un acto organizado por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, cuya sede está en Vitoria, con motivo del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, que se celebra este lunes.
Además de la madre de Miguel Chávarri ha relatado su experiencia Juan Benito, padre de Rodolfo Benito, un joven de 27 años que murió en los atentados del 11M en Madrid en 2004.
También han hablado María José Rodríguez Pato, que perdió a su hermano, Jose Arturo, el 12 de abril de 1985 a causa de una bomba en el restaurante El Descanso, de Madrid, considerado el primer atentado islamista con víctimas mortales en España en el que hubo 18 muertos y más de 70 heridos, y Blanca Calleja, la madre de la guipuzcoana Magie Álvarez, asesinada por el terrorismo yihadista en Yemen en julio de 2007.
María Soledad Chávarri es hija de Miguel, jefe de la Policía municipal de Beasain (Gipuzkoa) que fue asesinado a tiros por ETA el 9 de marzo de 1979. A pesar del tiempo transcurrido, ha lamentado, aún se desconocen los autores del atentado y además el crimen ha prescrito.
Ha asegurado que no busca venganza, pero si justicia y verdad, que se busque a los autores de los asesinatos y que cumplan sus penas.
Y se ha preguntado por qué los etarras encarcelados tienen que tener «privilegios» para ser acercados a sus lugares de origen o para ser excarcelados. «Nosotros para ver a nuestro padre solo podemos ir al cementerio», ha enfatizado.
Juan Benito, padre de Rodolfo, una de las víctimas mortales del 11-M, ha recordado todos los detalles de ese día, desde que oyó por la radio que habían estallado varias bombas en Madrid hasta que comunicaron a la familia que su hijo era uno de los muertos. «En ese momento se me pasaron por la cabeza cientos de recuerdos» de él.
Para homenajearle, ha señalado, la familia creó la Fundación que lleva el nombre de su hijo que trabajaba para todas las víctimas del terrorismo y para que los niños tomen conciencia de lo que es la «paz social».
También ha intervenido María José Rodríguez Pato, quien ha lamentado que «nadie se acuerda» de ese atentado yihadista ocurrido en 1985 en Madrid y que no se haya cogido a su autor. «No tengo rencor pero a ese señor no le perdono. Te queda el dolor de que no lo va a pagar», ha subrayado.
Ha expuesto que no quiere que se olvide que su hermano existió. «El dolor no se mitiga, la pena siempre existe», ha insistido.
Por su parte, Blanca Calleja, que por primera vez ha hablado en una acto público sobre la muerte de su hija, ha recordado que en el momento de confirmarse su fallecimiento en el atentado de Yemen sufrió un «shock muy fuerte», aunque lo peor llegó después cuando «te das cuenta de que es cierto».
Si los terroristas buscaban cambiar algo en el mundo no lo lograron, lo único que consiguieron fue destrozar familias, ha manifestado.
El acto ha sido presentado por el periodista Gorka Landaburu, quien ha criticado el retraso de la sociedad vasca en reaccionar ante el terrorismo de ETA, entre otras razones, «por simple cobardía» y ha dejado claro que la memoria debe ser el antídoto que lleve a la justicia y la reparación de las víctimas. EFE
Pie de foto. El memorial de Víctimas del Terrorismo celebra el día europeo de las Víctimas con una conferencia de cuatro víctimas en Vitoria. En la imagen, el moderador de la charla, Gorka Landaburu (3d), junto a las víctimas, María José Rodríguez Pato, Juan Benito, Soledad Chavarri y Blanca Calleja durante el acto. EFE
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