Si las declaraciones que el exministro de economía, señor Rato, fueran tal y como las ha contado en la vista oral del juicio, que el ministerio público tiene contra el y contra más de un treintena de altos cargos, la justicia estaría haciéndose un «flaco favor».
Es como si la catástrofe acontecida en Bankia, por la que, la ya citada entidad bancaria fue intervenida estando precisamente el señor Rato de presidente de dicha entidad, hubiera sido culpable el propio Gobierno de España de entonces. Según lo dicho por el señor Rato, todo estaba en orden y nadie destacaba suficientemente los riesgos existentes.
Unos riesgos que provocaron, a la postre, la caída de Bankia, y que, nuevamente, según el señor Rato, el organismo revisor correspondiente, el Banco de España, no advirtió.
Si esto fuera así, estaríamos ante una operación de maquillaje gubernamental y un desvío de responsabilidades hacía aquellas personas «escaparates» que parecía dirigian la operación.
Y ahí está la pregunta, ¿Conspiración o verdad?