Son acertadas las voces que, en estos días de tanta inestabilidad política, defienden la no reforma de la Constitución española. Un conjunto de leyes que hoy cumple 40 años.
Una reforma constitucional tiene que ir aparejada de consenso, que no lo hay, y de ideas claras, que tampoco parece que existan.
Al igual que pasa con la educación, cada partido político, quiere aportar su reforma, quiere cambiar un artículo diferente al del contrario. Si hace 40 años, los padres de la Constitución, cada uno con ideas diferentes, fueron capaces de consensuar toda una Constitución, ¿por qué no ahora?
Aunque surge automáticamente otra pregunta. Realmente ¿es necesaria una reforma de la Constitución?