Cuando un gobierno depende de partidos que se dedican a desestabilizar el sistema establecido se encuentra, muchas veces, con situaciones como la del Palacio del Marqués de Rozalejo pamplonés.
Dicho Palacio, construcción barroca del siglo XVIII, se encuentra hoy ocupado (“okupado”) por un grupo antisistema empeñado en entrar en propiedades para un uso y disfrute gratuito, hasta que la autoridad competente estime que deba volver a pertenecer a sus legítimos dueños, en este caso, el Gobierno de Navarra.
Hoy la “ocupación” de edificios, públicos o privados, se ha convertido en una de las actividades favoritas de los antisistema. Una actividad alentada por grupos de extrema izquierda, generalmente, que consideran que, con ello, se castiga a la clase adinerada, aparte de contentar a sus votantes más radicales.
El gobierno nacionalista de Navarra está sustentado por un cuatripartito. Uno de los partidos que conforman este cuatripartito, es Podemos, partido de extrema izquierda caracterizado por alentar la “ocupación” («okupación») de edificios o viviendas. Aunque, el hoy Bildu, también se proclama y se ha venido proclamando fiel defensor y partícipe de la misma.
Cómo va a actuar el Gobierno navarro es una incógnita; de momento, aboga por el dialogo y dice defender la propiedad. No puede permitirse un desalojo por la fuerza, porque perdería el apoyo de sus socios.
Mientras tanto, “los navarros y las navarras” de la presidenta Barcos sin poder disfrutar de una propiedad que les pertenece a todos ellos. ¿Habrá responsabilidades políticas? Debería.