Aprovechando de “que el Pisuerga pasa por Valladolid”, uno de los socios que sustentan el Gobierno de Navarra, Bildu, acaba de negar “el pan y la sal” a uno de los proyectos estrella que desea esta tierra navarra. No es otro que el TAV (el tren de alta velocidad).
Complicado lo va a tener el gobierno nacionalista de Navarra a partir de ahora. El año que viene elecciones y cada partido buscando sus oportunidades.
El caso es que el tema que ocupaba hoy era el caso Davalor, una inversión “personal”, aunque no «caprichosa» -dijo- del consejero de Economía y Hacienda, Manuel Ayerdi, y que en pocos meses ha resultado muy peligrosa para el dinero público -el pagado por todos los contribuyentes- puesto que dicha empresa Davalor se halla, en estos momentos en concurso de acreedores, tras las inmensas inyecciones de euros -más de un millón- por parte del Gobierno navarro.
Aprovechando la crítica, Bildu, no se oponía a una Comisión de Investigación parlamentaría sobre el caso Davalor y a que, si las hubiera, se asumieran las responsabilidades políticas oportunas. Pero lo que nadie esperaba tan claramente es la total negativa al TAV navarro aludiendo a informes de la Unión Europea.
Bildu siempre ha tutelado el gobierno nacionalista navarro. Ahora lo manda y amenaza.
Dejando de lado, las pugnas partidistas, lo que importa es que una obra, considerada estratégica, peligra, y pudiera generar, con ello, y con el tiempo, la perdida de oportunidades tan necesarias para el desarrollo económico-social de la población navarra.