Una corrida de Miura, de presentación impropia de su leyenda y de la plaza de Madrid, abrió hoy con su violenta mansedumbre la que se conoce como semana «torista» de San Isidro y que ocupa tradicionalmente el último tramo del largo mes de abono de Las Ventas.
Falló la legendaria divisa sevillana, y no solo por su pésimo y negado juego, que también, sino ya de antemano por presentar una corrida de tan deslavazadas hechuras, impropias de su estirpe, y de tan escaso remate, incluso con algunos toros de aspecto anovillado a pesar de su volumen.