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John Brown

John Brown

Seguro que todos Vds. han oído alguna vez esta canción, en alguna de sus innumerables versiones:

John Brown’s Body

Se trata de una marcha militar en honor de John Brown, que cantaban los soldados de la Unión en la Guerra de Secesión Americana. La canción no puede ser más popular, pero ¿quién era ese tal John Brown?

 A mediados del siglo XIX, Estados Unidos se encontraba en un delicado equilibrio interno de poder entre los estados abolicionistas, al norte, y los estados esclavistas, al sur. Por eso, cuando en 1854 se debatió la apertura a la colonización del Territorio de Kansas, se planteó la cuestión de si el nuevo estado de Kansas que se incorporaría en el futuro a los Estados Unidos iba a ser esclavista o abolicionista.

Para superar el bloqueo en el Congreso y en el Senado americanos y permitir la colonización del nuevo territorio, se adoptó la solución de que fueran los propios colonos los que decidieran democráticamente en el futuro si querían autorizar o no la esclavitud en su estado. Eso puso en marcha una cadena de acontecimientos que terminaría conduciendo a la Guerra de Secesión siete años después.

Para empezar, se produjo una auténtica carrera entre colonos esclavistas procedentes de Missouri y colonos abolicionistas venidos de los estados de Iowa, Ohio y Nueva Inglaterra. El objetivo de ambos grupos era conseguir una mayoría de colonos favorables a sus tesis, para ganar la futura votación que determinara si debía o no autorizarse la esclavitud.

Inicialmente, la primera votación para elegir los diputados del recién creado Congreso estatal de Kansas fue ganada por los esclavistas, en medio de acusaciones de fraude electoral. A partir de ahí, las posturas se fueron enconando, produciéndose brotes de violencia, que fueron aumentando de intensidad.

Aquí es donde entra en juego la figura de John Brown, un abolicionista convencido que, cansado del pacifismo de muchos de sus compañeros de causa y de las tácticas violentas de muchos partidarios del esclavismo, comenzó a reclutar voluntarios para imponer por la fuerza el abolicionismo en Kansas y luego provocar un alzamiento armado de los negros en los estados esclavistas.

No fue John Brown el primero en recurrir a la violencia, pero sí fue el más decidido a llevarla hasta sus últimas consecuencias. Tras varios enfrentamientos armados con esclavistas, con numerosos muertos por ambas partes, John Brown trazó los planes para asaltar un arsenal que el ejército americano tenía en Harper’s Ferry, Virginia. La idea era robar los 100.000 fusiles que allí se guardaban y armar un ejército de esclavos en los estados del sur.

Sin embargo, el ataque, llevado a cabo el 3 de julio de 1859, acabó como el rosario de la aurora: lo único que John Brown consiguió fue matar a cuatro civiles de la localidad (incluyendo a un negro libre, empleado del ferrocarril); perder a diez de sus hombres (incluyendo a dos de sus hijos) y ser capturado junto con otros seis compañeros.

John Brown fue encarcelado, juzgado y condenado a muerte. Lo ahorcaron en la mañana del 2 de diciembre de 1859.

El asalto al arsenal de Harpers Ferry tuvo consecuencias de largo alcance: en los estados del sur, el miedo a posibles alzamientos de esclavos llevó a resucitar el antiguo sistema de milicias, que formaría menos de dos años después el núcleo del ejército confederado. En los estados del norte, John Brown se convirtió en un héroe popular entre los abolicionistas. En ambos bandos, el episodio llevó al convencimiento de que la guerra era inevitable y de que estallaría antes o después.

La historia de Kansas y de John Brown plantean un escenario interesante para la reflexión. Déjenme invitarles a responder a algunas preguntas:

– ¿Puede someterse todo a votación? ¿Qué opinan de que el Congreso y el Senado americanos acordaran que fueran los propios colonos los que decidieran democráticamente si autorizaban o no la esclavitud?

– ¿Era John Brown un luchador por la libertad o un terrorista? ¿O quizá ambas cosas? ¿Dónde está la frontera entre una y otra categoría?

– ¿Qué cosas se pueden hacer en nombre de una causa justa? ¿Es lícito, por ejemplo, matar inocentes para luchar contra la esclavitud? ¿Dónde está el límite?

Como ven, la historia da para muchas reflexiones sobre los derechos humanos, sobre los límites del sistema democrático y sobre la moralidad de las tácticas de acción política.

En cualquier caso, sea cual sea su veredicto sobre John Brown y sus acciones, reconocerán que la canción es preciosa, ¿verdad?

Luis del Pino, Director de Sin Complejos en esRadio, autor de Los enigmas del 11-M y 11-M Golpe de régimen, entre otros. Analista de Libertad Digital

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