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Inaugurada la Primera línea de ferrocarril española

Inaugurada la Primera línea de ferrocarril española
  • Por José V. Ciordia, historiador

Tal día como hoy, un 28 de octubre de 1848 se inauguraba la primera línea de ferrocarril española, desde Barcelona a la ciudad de Mataró.

El primer ferrocarril español de los de servicio regular fue obra del empresario catalán Miquel Biada i Bunyol, nacido en Mataró.

Cuando tenía 19 años, Biada tuvo que marchar a Venezuela por causa de la guerra napoleónica de 1808-14, que afectó severamente a Cataluña. Una vez en tierras americanas, se dedicó a los negocios navieros en el puerto de Maracaibo, hoy en día muy conocido por su actividad petrolera. El vacío de poder que causó la invasión bonapartista en la Península fue aprovechado por la mayor parte de las colonias de la España de ultramar para iniciar movimientos de independencia, por lo que las juntas de gobierno peninsulares empezaron a sostener dos guerras simultáneamente, contra los franceses y contra Simón Bolívar, uno de los Libertadores de América. Miquel Biada participó en estas guerras del lado español, organizando expediciones contra Puerto Rico y Jamaica, entre otras plazas fuertes de los separatistas.

En las décadas de 1820 y 1830 España dejaba de ser la gran potencia transatlántica que había sido desde los tiempos de Cristóbal Colón, independizándose de ella casi todos sus territorios americanos, salvo las pequeñas islas de Cuba y Puerto Rico, que siguieron bajo soberanía española hasta mucho más tarde, hasta 1898.

En la ciudad de La Habana, que sobrevivió a este período conservando la obediencia a la bandera rojigualda, volvemos a encontrarnos con Miquel Biada, como comerciante cada vez más afortunado. La visión en 1837 de las locomotoras empleadas en el tren del azúcar debió de causarle una seria impresión, y viendo en ellas la posibilidad de un negocio perfecto decidió volver a establecerse en España, a donde volvió en el año 1840. Siguiendo la estela de muchos “indianos” que cuando habían hecho su fortuna en las colonias volvían a sus municipios natales dotándolos de escuelas, carreteras u otros servicios, Biada decide la construcción de un ferrocarril que una Barcelona con su Mataró del alma. El trazado de este ferrocarril sería, por tanto, muy fácil, siguiéndose la costa del Maresme, a veces a través de las propias playas, y sin más obstáculos de importancia que un puente sobre el río Besós, a las afueras de la Ciudad Condal, y un túnel -o foradada, según las crónicas de la época- para salvar el peñasco de Montgat. Para la obra, Biada se asoció en 1845 con el empresario Josep María Roca, con varios ingenieros británicos, pues -como en el caso del FC Habana-Güines- la dependencia tecnológica de Inglaterra era todavía casi absoluta en el resto de las naciones con respecto al invento de Trevithick y Stephenson, y con varios de sus contactos en el mundo financiero conseguidos durante su largo periplo americano.

El 6 de junio de 1845 fue constituida la primera de las compañías ferroviarias que verían la luz en España, la del Camino de Hierro de Barcelona a Mataró, empezándose los trabajos en 1847. La tecnología empleada fue, como se ha indicado, de origen británico: La infraestructura fue realizada por la empresa McKenzie & Brassey, las cuatro locomotoras empleadas procedían de los talleres de Jones & Potts y el material remolcado de los de Wright.

Los retrasos en las obras de la línea de Madrid a Aranjuez permitieron que fuera la de Mataró la primera en abrirse al servicio, si bien Miquel Biada tuvo la desgracia de no poder asistir a la culminación de su sueño, pues murió de una pulmonía el 2 de abril. Los primeros trenes de pruebas no circularon hasta el 8 de octubre del mismo año, siendo inaugurado el ferrocarril el día 28, con asistencia de representantes de la autoridad civil, militar, eclesiástica y de numeroso público.

La estación principal de la línea en Barcelona se hallaba no lejos del actual barrio de La Barceloneta, y con el tiempo fue creciendo y sufriendo multitud de ampliaciones, ostentando durante años un cartel con una inscripción que la acreditaba como terminal del primer ferrocarril de España. En la actualidad estos terrenos mantienen su solera ferroviaria con la presencia de la monumental estación de Barcelona- Término, cuyos edificios y marquesina metálica fueron realizados para la Exposición de 1929.

El reloj que dio la salida al primer tren de 1848 se conserva en el Museo del ferrocarril de Madrid, y la locomotora que hizo circular el tren inaugural, la “Mataró”, tuvo posteriormente una historia algo rocambolesca, pues en 1876, dado su carácter histórico, fue instalada en lo alto de un arco-pedestal durante una exposición de productos catalanes realizada en la Universidad de Barcelona, con la mala suerte de caerse del pedestal, lo que llevó a su almacenamiento y posteriormente a su desguace.

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