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Los dos primeros milenios de la historia de Sevilla, dormidos bajo el Alcázar

Los dos primeros milenios de la historia de Sevilla, dormidos bajo el Alcázar

Al estilo de Napoleón cuando en las pirámides egipcias gritó eso de «5.000 años de historia os contemplan», el arqueólogo del Alcázar Miguel Ángel Tabales muestra «los dos primeros milenios de la historia de Sevilla» en 100 metros, el 10 % de un yacimiento que lleva años esperando su apertura.

Bajo el albero del Patio de Banderas por el que hoy salen los miles de visitantes que cada día recorren el Alcázar de Sevilla, Patrimonio de la Humanidad y segundo monumento más visitado de la ciudad, duerme un yacimiento arqueológico excavado entre 2009 y 2014, destinado a integrarse en la visita del conjunto para completar un recorrido por 3.000 años de historia de la ciudad.

Los mil últimos años pueden recorrerse a través de los distintos edificios del recinto palatino mientras que los 2.000 primeros permanecen ocultos al públicos salvo en contadas visitas como la realizada hoy por el Día Nacional del Turismo.

Espacio bajo el Alcázar de Sevilla -Patrimonio de la Humanidad- que hoy abre por unas horas y para grupos reducidos de visitantes la cripta que esconde bajo el Patio de Banderas el antiguo puerto romano de Híspalis con restos de asentamientos desde la Prehistoria y los fenicios a romanos y visigodos. EFE
Espacio bajo el Alcázar de Sevilla -Patrimonio de la Humanidad- que hoy abre por unas horas y para grupos reducidos de visitantes la cripta que esconde bajo el Patio de Banderas el antiguo puerto romano de Híspalis con restos de asentamientos desde la Prehistoria y los fenicios a romanos y visigodos. EFE

La llamada cripta del Alcázar ocupa el subsuelo del hoy Patio de Banderas en el que en su momento el rey Almutamid edificó el primer palacio, cuya recuperación en excavaciones en las casas del Patio de Banderas que pertenecen a Patrimonio del Estado forma parte del proyecto arqueológico.

Las estancias y jardines hoy visitables del Alcázar corresponden al segundo y tercer palacios edificados por musulmanes primero y cristianos después, desde Pedro el Cruel a los Reyes Católicos y sucesores.

Un restringido grupo de visitantes baja por las escaleras habilitadas en el Patio de Banderas, normalmente cerradas, para ver apenas el 10 por ciento de una zona excavada durante años cercana a los mil metros cuadrados que para Tabales tiene «un gran valor didáctico» por cuanto se trata de una «cripta diacrónica».

Si algún día, como ha prometido la actual corporación municipal, se abriera, el público podría ver desde los fondos de cabañas y cocinas comunales de un asentamiento fenicio del siglo IX a.C. al «importantísimo» puerto romano levantado en época de Julio César (50 a.C.), los restos de un templo bizantino y hasta un monasterio cristiano que funcionó hasta el siglo XI con los musulmanes ocupando la ciudad desde 400 años antes.

En los escasos 100 metros que hoy se pueden ver, bajo petición expresa por grupos y en ocasiones como la de hoy, se pisa el suelo original de los primeros asentamientos de la ciudad -gracias a un sistema de bombeo permanente del agua ya que se ubica a unos 30 metros del curso original del río Guadalquivir-; se ven los restos de los almacenes del puerto romano en el que desde el 50 a.C. hasta el siglo III entraban y salían para el Imperio «vinos, aceites y mármoles de hasta 14 procedencias distintas».

Y se ve también un muro de unos 4,5 metros de altura que documenta que en torno al siglo III «coincidiendo con el maremoto que destruyó Cádiz y Baelo Claudia, se produce una sedimentación marina que, o bien por una tormenta ciclónica o bien por un tsunami, destruyó esta parte de Sevilla, que durante 200 años quedó prácticamente abandonada».

En el siglo V los visigodos volvieron a poblar la zona, pero ya en un nivel muy superior -el suelo de la cripta está a 6,5 metros de altura y los restos visigodos, a poco más de 1,5 metros del suelo actual de la ciudad- y según Tabales establecieron una zona religiosa «que no conocemos pero a la que podría pertenecer lo que se ha considerado un baptisterio» hallado en las excavaciones.

Sí está claro que fue un centro religioso porque «hay tumbas visigodas alrededor» y restos de un monasterio cristiano, cuyos muros también se han dejado parcialmente en el yacimiento, que existió hasta el siglo XI «aunque los musulmanes llegan a Sevilla en el siglo VIII».

Es entonces cuando el reino de taifa de Sevilla crece mucho en muy poco tiempo, «se convierte en una gran capital, atrae a mucha población y empiezan a edificar en esta zona secundaria. Se atreven a destruir el monasterio y construyen un gran barrio».

A un metro de profundidad del nivel del suelo actual se han hallado restos de al menos siete casas de ese barrio, que duró muy poco ya que el rey Almutamid escogió construirse en la zona su gran palacio, el primigenio Alcázar, que como los 2.000 años previos de historia de la ciudad, esperan ser mostrados al públicos algún día.

Recientemente el Patronato del Alcázar ha conocido un informe de la Intervención General que señala la «viabilidad» de la apertura al público de la cripta y la dirección ha anunciado su decisión de contratar el proyecto para habilitarla a su visita. EFE

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