Corea del Norte afirmó hoy que su último test de un misil con el que prueba su capacidad de atacar bases estadounidenses en el Pacífico fue una «advertencia» a Estados Unidos, mientras la comunidad internacional contempla endurecer aún más las sanciones contra Pyongyang.
El régimen norcoreano recrudeció su amenaza sobre las posiciones de EE.UU. en la región del Pacífico al calificar su ensayo del martes como «primer paso de la operación militar» de su ejército y un «preludio significativo para mantener a raya a Guam», a la vez que su líder, Kim Jong-un, llamó a realizar más lanzamientos en la zona.