Grupos de joteros y coros han revivido este viernes por la mañana emocionantes momentos en la procesión de San Fermín, cuya capilla en Pamplona cumple trescientos años de su consagración.
Miles de personas, en un día caluroso, se han dado cita en el casco viejo de la ciudad para ver la imagen del santo acompañado por la corporación municipal en traje de gala, el cabildo catedralicio, la banda de música La Pamplonesa y la comparsa de Gigantes y Cabezudos.
La Corporación municipal, en cuerpo de ciudad, acompañada de clarineteros, timbaleros, maceros, escolta,, gaiteros, comparsa de gigantes y cabezudos y La Pamplonesa, se dirige a la Catedral a buscar al cabildo (asamblea de los cargos eclesiásticos de la catedral).
La jota «Quieren todos cantar», compuesta por Jesús Martínez e interpretada por el Coro «Canta et Yanta» de la Parroquia de San Juan Bosco en la calle San Antón, y el «Glorioso San Fermín», del sacerdote Joaquín Madurga, recientemente fallecido, han sido interpretadas a su paso.
A su término ha tenido lugar la misa en la capilla de San Fermín en el día grande de las fiestas, en la que el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, y varios concejales de su equipo de gobierno no han participado, igual que en años anteriores.
En su homilía, el arzobispo Pérez ha lamentado que estos sean tiempos de cierto paganismo y cierta «animadversión» al carácter cristiano, como en su día le tocó vivir también a San Fermín, ha dicho.