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María Jesús Álava: “Muchos políticos están entrenados para engañar y llegar a las emociones”

Partiendo de la premisa de que hay políticos honestos que trabajan por el bien común, la psicóloga María Jesús Álava Reyes afirma que otros muchos están entrenados “no solo para engañar, sino para engancharnos emocionalmente”. En una entrevista con EFEsalud, la experta asegura: “El político es una especie que miente mucho más que el resto de la gente”, aunque es muy complicado pillarle

La psicóloga acaba de publicar “La verdad de la mentira” (La esfera de los libros), un análisis sobre la mentira en los diferentes ámbitos vitales documentado con estudios sobre este comportamiento del ser humano y salpicado con casos reales que, como ejemplos, demuestran que la mentira está detrás de la inmensa mayoría de los conflictos emocionales.

La psicóloga María Jesús Álava con su libro "La verdad de la mentira". Foto: La esfera de los libros.

María Jesús Álava . Foto: La esfera de

los libros.

Una afirmación que se repite a lo largo de la obra es que “todos mentimos” y que lo hacemos en todas nuestras relaciones sociales: desde el trabajo hasta en la cama. Y en este libro un capítulo está dedicado solo a la política.

Experta en coaching ejecutivo y presidenta de Apertia-Consulting, Álava, que ha trabajado desde la psicología con políticos,  asegura que la mayoría de los que llegan a los niveles más altos, como los parlamentarios o alcaldes, han seguido un entrenamiento en comunicación “no solo para impactar y generar confianza, también para ocultar sus auténticas motivaciones”.

Y para eso utilizan la vía del engaño y consiguen llegar a las emociones: “Cuando nos provocan una emoción intensa, están enganchándonos emocionalmente para impedir que podamos hacer un análisis objetivo de la realidad”.¿Cómo descubrir a un político mentiroso?

No es sencillo desenmascarar al político mentiroso. “Si en nuestra vida cotidiana descubrimos solo al 50% de la gente que miente y, sobre todo, son personas a las que conocemos, esto es más difícil con un político que, además, está entrenado para ello”.

Y cómo experta en métodos de comunicación puede reconocer a simple vista las técnicas que utilizan muchos de ellos. Por eso, aconseja al ciudadano utilizar la lógica y aplicar la coherencia ante los mensajes que nos llegan, muchos de ellos contradictorios, y observar algunos de los comportamientos de nuestros representantes públicos. Estas son algunas pistas:

  • No juzgues a un político por lo que dice, sino por lo que hace. Además, hablar bien no es sinónimo de decir la verdad, mucha gente lo confunde.
  • Por algunos gestos: Una persona que hace esfuerzos por estar rígida, sin apenas mover manos y pies, está ocultando, cuanto menos lo que piensa. En cambio, alguien que se mueva mucho puede ser simplemente porque sea inquieto.
  • Las frases paradójicas y contradictorias denotan “que nos están tomando el pelo y que van a hacer lo que a ellos les conviene”.
  • Si repiten consignas y se muestras extremistas e imperativos, menos propensión a a la verdad.
  • Atención a los inflexibles que se creen en posesión de la verdad.
  • Cuidado con los tímidos sonrientes, son los que esconden sus verdaderas emociones.
  • Alerta ante los teatreros, los que gesticulan exageradamente porque si alguien es espontáneo y de verdad, no necesitas edulcorar su forma de actuar. Cuánta más puesta en escena, más van a mentir.

“Hay aspectos que están muy estudiados: si un político es muy ambicioso a nivel personal tienen mucha mas propensión para mentir porque se lo tolera mas a él mismo. Si un político es muy narcisista va a mentir con mas frecuencia y si es muy agresivo tiene falta de control emocional y esa falta de control también la tiene para no decir la verdad”, argumenta la también directora del Centro de Psicología Álava Reyes y presidenta de la fundación que lleva su nombre.

Una sociedad indulgente

Pero muchas veces recibimos estas señales de alerta y miramos para otro lado. “El problema es que en nuestro país no hay demasiadas consecuencias ante esas mentiras. Es como si asumiéramos que los políticos de alguna forma nos van a mentir”, señala la psicóloga.

Para Álava Reyes, “somos una sociedad indulgente, no pedimos coherencia, muchos se muestran muy permisivos, sobre si se siente afines a un partido, lo justifican casi todo y siempre dicen eso de ´bueno, eso lo hacen todos´”.

¿Y cuándo reaccionamos? Cuando esa mentira nos afecta directamente, entonces es cuando pedimos responsabilidades.

EFE/Chema Moya

EFE/Chema Moya

El honesto no aguanta, el populista daña

A pesar de este panorama, la autora de “La verdad de la mentira” resalta que hay muchos políticos honestos que trabajan por el interés general. “Son políticos sensibles y sensatos que terminan abandonando la política porque lo pasan mal, están en inferioridad de condiciones al enfrentarse a otros que hacen de la mentira una constante en su vida”.

“Cuando un político llega muy arriba -apunta- siempre analizas, desde la psicología, cuánto le ha costado, cuántas veces se ha tenido que vender, qué ha sacrificado, incluso si se trata de algunos principios éticos, porque se debaten en situaciones muy extremas”.

Álava Reyes resalta que en España no se exige requisito alguno para ser político, ni un nivel de conocimiento y mucho menos un nivel emocional. “¿Puede el político ser una persona patológica? Sí. ¿Hay personas patológicas ejerciendo la política? Sin duda, y así nos ha ido en el transcurso de la historia”.

El político populista es un ejemplo. “Es un gran manipulador de las emociones, el de derechas y el de izquierdas, es lo mismo”, indica la especialista.

EFE/Jeff Kowalsky

EFE/Jeff Kowalsky

“Este tipo de político -añade- tiene niveles de psicopatía elevados, están muy entrenados o se creen únicos en el mundo, se creen superiores y nos engañan. El líder populista desprecia intelectualmente a la gente y piensa que bastante favor nos hace diciéndonos por donde hay que ir y qué hacer”.

“Y eso daña enormemente porque si hay algo frágil, vulnerable y manipulable son las emociones y hay personas, sin defensas, a las que están manipulando y eso es muy peligroso porque pueden dar lugar al sufrimiento más cruel que puede tener la humanidad”, subraya.

Y cuando un político entrenado para ocultar sus verdaderas motivaciones termina el día y deja el bastón de mando, se baja del escaño o sale por la puerta de la sede del partido para ir a casa… ¿Qué ocurre? ¿Se quita la careta?

“Es difícil separarlo, hay un efecto del entrenamiento que termina envolviéndote en casi todo”, asegura la psicóloga quien se pregunta: “¿Dónde está la frontera? ¿Con quién soy auténtico? Desgraciadamente la mayoría no se dan cuenta de que están actuando en cualquier ámbito”.

“Es una pena, pero es una puesta en escena casi permanente”, asegura María Jesús Álava, que en 2012 fue elegida como una de las “Top 100 mujeres líderes en España”. EFE

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