Tras las llamadas revoluciones liberales burguesas de la primera mitad del siglo XIX, la ideología nacionalista surgió como una salida a la libertad tan anhelada por aquellos pueblos que se encontraban sojuzgados por los grandes imperios.
El uso y la utilización de una lengua común para estos pueblos, se convirtió en el eje aglutinador de su lucha contra el imperio opresor.
Hoy, el nacionalismo del siglo XXI, sigue utilizando el lenguaje como argumento para sus demandas y lo considera vital para conseguir que la población «comulgue» con sus postulados.
Este objetivo es lo que pretende la llamada estrategia de «normalización lingüística» de la que tanto hoy hablan.
El programa de fomento del Euskera, que el actual gobierno de Navarra quiere potenciar, es una más de las medidas que el nacionalismo quiere utilizar en la sociedad navarra para conseguir esa tan ansiada «normalización».
Ante tales medidas, queda el recurso de la negación ante la imposición, queda el recurso de la protesta y queda, en último término, el recurso del voto. Una sociedad puede y debe reaccionar ante la imposición.
Al igual que el nacionalismo surgió por la libertad del liberalismo, los ciudadanos deben ser libres para saber decir NO a la imposición.