De Berlioz al popular Eric Coat, Mark Elder y The Hallé de Manchester han inyectado energía al Festival de Santander (FIS) en una noche sinfónica que ha tenido como platos fuertes una vigorosa sinfonía del «Nuevo mundo» de Dvorak y la apasionada actuación de la violinista española Leticia Moreno.
Sir Mark Elder ha despedido su concierto en el FIS con un final tan energizante como una bebida con tauritina, la «Marcha de Knightsbrigde» de Eric Coat, el compositor inglés de música popular más conocido, como ha apuntado en español uno de los profesores de la orquesta al anunciar las dos propinas que ha ofrecido al público la formación británica.
Tras la marcha de Coat el público aún pedía más. «Eso es abusar», susurraba una espectadora mientras seguían los aplausos. Y con razón, Elder y la histórica orquesta inglesa ya se habían empleado a fondo en un programa intenso que arrancaba con la obertura «El rey Lear» de Berlioz.
The Hallé, que está, según el Festival, entre las primeras del ránking de las muy numerosas orquestas del Reino Unido, ha colocado en sus atriles dos de las obras más conocidas e interpretadas del repertorio, la novena sinfonía de Dvorak, del «Nuevo Mundo» y el único concierto para violín que escribió Mendelssohn, que ha sonado en numerosas ocasiones en la historia del festival.
Como solista ha contado con la española Leticia Moreno, que se ha entregado a la partitura con fuerza y pasión, enfundada en un vestido rojo como una llamarada, y ha entusiasmado al público del Festival, con la complicidad de Elder.
La joven intérprete, que en 2012 recibió el premio Eco Rising Star de la Unión Europea, ha compartido escenario con Zubin Mehta, Yuri Terminakov y Krystoz Pederecki, entre otros directores y en la agenda tiene citas con la Filarmónica de San Petesburgo, la Royal Filarmonic de Londres y la Weimar Staaskapelle, entre otras.
The Hallé ha dedicado una especial atención a Dvorak en esta temporada y a Santander ha llevado su obra más conocida, la sinfonía que escribió un año después de desembarcar en el Conservatorio Nacional de Nueva York.
Estrenada en el Carnegie Hall en 1893, en sus páginas está ese mundo nuevo de grandes praderas, indios e inmigrantes llegados del otro lado del océano a una tierra de oportunidades en diálogo con la música clásica europea.
Cuando The Hallé dio su primer concierto, el compositor checo era solo un joven de 17 años aún lejos de la experiencia americana que dio lugar a su obra maestra. Eso da idea de la larga vida de esta sólida orquesta que tiene a sus espaldas 158 temporadas.
Además de su director musical, Elder es director artístico de la Orquesta The Age Enligthtenment y de la Opera Rara, que se dedica a sacar a la luz y grabar óperas olvidadas del siglo XIX.
Tras su paso por el Festival de Santander, le espera, un año más, una de las grandes citas del verano musical europeo, los Proms de Londres. EFE