El director de Europol, Rob Wainwright, admitió hoy que observa con «gran preocupación» la próxima Eurocopa que se celebrará en junio en Francia, «un objetivo atractivo para los terroristas» yihadistas.
En una entrevista con el diario alemán «Die Welt», Wainwright repasa los últimos atentados en suelo europeo y subraya lo «alarmantemente fácil» que es atacar objetivos como cafés, restaurantes o salas de conciertos, lo que plantea grandes retos a las fuerzas de seguridad.
Ante la brutalidad de esos atentados, considera «absolutamente necesario» reforzar las unidades antiterroristas para que sean capaces de actuar en esos nuevos escenarios y ante tomas de rehenes como la ocurrida en la sala Bataclan de París, el pasado noviembre.
A su juicio, tras los atentados de París o de Bruselas no puede acusarse a las fuerzas de seguridad europeas de haber infravalorado el peligro.
Según explica, desde hace tiempo las policías de los 28 países miembros tenían claro que el Estado Islámico pretendía atentar en Europa y sabían que los yihadistas habían creado un departamento especial para las operaciones en el extranjero «para llevar el terror a las calles de Europa».
El problema es, sostiene, que la lucha antiterrorista es «muy compleja»: «Había informaciones de los servicios secretos sobre los autores de los últimos atentados, pero ninguna evidencia de peso sobre ataques inminentes».
Las fuerzas de seguridad tienen conocimiento de alrededor de 5.000 personas que se han sumado como «combatientes extranjeros» al Estado Islámico en Siria e Irak y un tercio de ellos ha regresado a la UE, pero «es simplemente imposible vigilar a todos los potenciales terroristas las 24 horas del día», recalca.
Sobre las críticas a la policía belga tras los atentados de Bruselas, destaca que esos ataques no fueron planeados en Bélgica, sino en Siria, aunque es cierto que los yihadistas tenían varios escondites en el país y pudieron preparar los asesinatos sin ser molestados.
Wainwright subraya en este contexto la importancia de la cooperación de todos los países europeos en la lucha antiterrorista, del intercambio de información y de las investigaciones conjuntas.
En estos momentos, por ejemplo, no existe una definición común sobre lo que es un «islamista peligroso» o un «combatiente extranjero» y es «urgente» unificar criterios para que todos los países sepan quién regresa a su territorio desde Siria e Irak y puede ser un riesgo potencial, añade.
Sobre la entrada de terroristas en la UE aprovechando las oleadas de refugiados, rechaza hablar de una práctica «sistemática», pero reconoce que aunque sólo hayan sido unos pocos los yihadistas que recurrieron a la ruta de los solicitantes de asilo ya son demasiados.
En el caso de los atentados de París, Europol sabe que dos de los terroristas usaron esa vía, aunque «quizá hubo más», apunta Wainwright.
El Estados Islámico, explica, usa las estructuras de las mafias que trafican con personas principalmente para hacerse con pasaportes falsificados para entrar en Europa, ya que la mayoría de los denominados «combatientes extranjeros» que regresan saben que están fichados. EFE