Los reclusos del Centro Penitenciario Brians 2 han demostrado hoy su capacidad de argumentar tan bien como los alumnos de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Los presos y los estudiantes han empatado en una competición de oratoria en la que los primeros defendían que el dinero no da la felicidad y los segundos, lo contrario.
La competición trataba de responder con argumentos la pregunta «¿El dinero da la felicidad?». La final la han disputado hoy en la UPF los equipos ganadores de las ligas de debate celebradas en los respectivos centros. Los participantes contaban con cuatro intervenciones por bando, de tres minutos cada una e intercaladas entre ellas.
La iniciativa, que se enmarca en el convenio de colaboración firmado entre la UPF y los Servicios Penitenciarios del Departamento de Justicia, está basada en una competición dialéctica entre estos dos colectivos celebrada por primera vez a iniciativa de la Universidad de Harvard.
Pese al empate, uno de los miembros del equipo de Brians 2, Salvador, ha sido premiado como el mejor orador de la competición por unanimidad del jurado, que ha estado formado por la exconsellera de Justicia e Interior Montserrat Tura, la profesora de oratoria de Esade, Gemma Lligadas, y el periodista de RAC1 Joan Maria Pou.
Salvador ha defendido que «el dinero es un mito creado por la sociedad de consumo» y ha recordado que fueron los fenicios quienes introdujeron la moneda en el Mediterráneo y que antes de que este hecho ocurriera, «la gente ya era feliz».
Según su compañero Paco, las grandes multinacionales «nos quieren inculcar que, cuanto más dinero y bienes materiales tengamos, más felices seremos», una idea que ha considerado «falsa».
«¿Cuál es la clave de la felicidad?», ha planteado la miembro del equipo de la UPF Ariadna, una pregunta que ha respondido ella misma afirmando que «por desgracia, no tenemos una respuesta clara, aunque muchos factores contribuyen a ella: la salud, el amor, la amistad y, por qué no, el dinero».
«No decimos que el dinero sea la única forma de alcanzar la felicidad -ha aclarado Ariadna-. De hecho, no es un factor que contenga la felicidad en sí mismo, pero el uso que hagamos de éste nos la podrá dar».
«El dinero es un medio para alcanzar la felicidad, pero nunca la garantizará», ha rebatido el orador de Brians 2 Carlos, que ha señalado que, pese a poder comprar una entrada para ver un partido de fútbol, cabe la posibilidad de que no gane el equipo deseado y que, en consecuencia, el dinero invertido no aporte toda la felicidad posible.
Su adversario del equipo de la UPF, Eduard, ha sostenido en una mano un billete de 20 euros, y en la otra un papel en el que había escrito esa misma cifra: «Pese a que el material que los compone es el mismo, tiraríamos a la basura el papel, pero no el billete».
«Un billete tiene un valor original muy reducido, pero tiene una gran capacidad de cambio y consigue hacernos felices», ha asegurado Eduard, quien ha apuntado que el dinero permite adquirir recursos básicos como comida, ropa e, incluso, el acceso a la educación.
Alejandro, del equipo de Brians 2, ha asegurado: «El momento más feliz de mi vida fue el nacimiento de mi hija, y eso no hay dinero en el mundo que lo pueda pagar», y ha mencionado también los «éxitos profesionales o deportivos».
En el marco del convenio de colaboración, un grupo de estudiantes voluntarios de la UPF se encargó de formar a los internos del centro penitenciario para que mejoraran sus competencias y habilidades comunicativas, lo que, a su vez, supuso un «crecimiento personal y profesional» para los universitarios.