
Las estrechas relaciones descubiertas entre Podemos, la CUP y el entorno de ETA, con el régimen venezolano bolivariano de Nicolás Maduro, demuestra , llámese claro el complot de aquellos que pretenden destruir la idea de España y pretender construir un presunto régimen en el que la falta de libertad y el sectarismo sean su razón de ser.
Mientras tanto, Los votantes y afiliados del principal partido de la oposición (PSOE), lejos de movilizarse internamente haciendo ver el peligro de volver a crear una especie de Frente Popular de funesto recuerdo, se ponen de perfil, pese a que socialistas históricos manifiestan su enfado político ante la directriz actual de su partido.
Su posible llegada al gobierno de este país, pudiera generar unas consecuencias imprevisibles para la economía y sociedad españolas. No se podrá entender a nivel internacional, que gobiernen un país aquellos que quieren destruirlo.
Los retos que tiene que afrontar el gobierno que salga tras la culminación de los pactos múltiples que parece que pueden darse, deberá tomar decisiones muy duras, llenas de recortes, para que la economía española no corra el riesgo de transformarse en otra Grecia.
Malos tiempos corren por tanto para la ciudadanía de este país.