La bolsa española registra su peor resultado desde 2011 condicionada en parte por la desaceleración económica china y la subida de tipos de interés de EE UU
La bolsa española despide el año con otra fuerte caída del 1% para cerrar el peor año desde 2011, tras sufrir un severo varapalo en el diciembre más bajista en trece años y rompe su racha de dos años de subidas.
Tras un comienzo de año dubitativo, la bolsa española remontaba y se acercaba a los 12.000 puntos a mediados de abril (el 13 de ese mes registraba el máximo del ejercicio en 11.885 puntos). Sin embargo, la devaluación del yuan y la desaceleración de la economía china (todavía crece a un ritmo del 6,9 %) afectaban a la bolsa durante el verano.
La situación china también incidía en el precio de las materias primas (el petróleo Brent bajaba este año el 35% y se situaba a 36 dólares, cotización desconocida desde 2004, y el cobre se abarataba alrededor del 25%) y a las economías emergentes, como Brasil, que entraba en recesión, lo que afectaba a algunas grandes compañías nacionales con inversiones en el país.
De esa manera, el mercado español descendería hasta los mínimos anuales a finales de septiembre, cuando se acercó a los 9.200 puntos. Poco importaba a los inversores que la economía nacional creciera a tasas del 3,4% en el tercer trimestre del año porque estaban pendientes de las medidas de política monetaria que adoptarían la Reserva Federal (Fed) -banco central estadounidense- y el Banco Central Europeo (BCE).
El primero subía los tipos de interés en diciembre un cuarto de punto (se sitúan entre el 0,2 y el 0,5 %) y el segundo adoptaba medidas de política monetarias expansivas consideradas insuficientes.
El Ibex ha sido además el peor índice del año entre los grandes de Europa, que han acumulado una fuerte revalorización al calor de los estímulos que ha dado el BCE durante el año.