La continuidad del programa PAI o Programa de aprendizaje de Inglés ha sido ratificado por el actual Gobierno de Navarra, pese a que en un principio optó por su paralización e incluso, en algún momento, por su eliminación. Ha coincidido además, en el tiempo, con la oferta pública de empleo para el profesorado de esta comunidad, en la que, presuntamente, se potencia el vascuence frente al español.
Han sido muchas las protestas llevadas a cabo ante tales actuaciones. Unas políticas, sobre todo de los partidos que hoy están en la oposición, y otras, sociales, sobre todo desde asociaciones de padres, profesores y centros educativos.
Ha pasado el tiempo y, ahora, el gobierno rectifica en lo referente al PAI y ya lo único que pretende es reformarlo.
Cuando llegan nuevos gobiernos a instituciones públicas, la praxis señala, que no deberían hacerlo «como elefantes en una cacharrería», es decir, rompiendo todo a su paso y mostrando su poder, sin importar el «caiga quien caiga», sino más bien escuchando y aprendiendo de lo ya establecido.
En esta comunidad se ha pretendido mostrar la «marca» del nacionalismo vasco, sin darse cuenta de que los gobiernos funcionan a base de sensatez, diálogo y sin revanchismo. Quizás, los resultados de este pasado domingo, en el que el nacionalismo vasco fue derrotado en esta comunidad han hecho recapacitar a un gobierno, sustentado por muchos y variados intereses.
El desarrollo futuro de Navarra depende de una toma de decisiones correcta.
Pues con lo que han aprobado hoy en el parlamento no parece que se hayan dado por muy enterados del mensaje de las urnas de hace 48 horas. Que sigan así que la gente cada vez se cabreará más y eso tendrá traducción en las urnas.