El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha insistido en que su partido, el PP, será el más votado el 20 de diciembre, si bien ha considerado, al especular sobre quién será la segunda formación política en resultados, que «está todo abierto».
En los tradicionales corrillos que ha mantenido con los periodistas en la recepción del Congreso con motivo del Día de la Constitución, Rajoy ha dicho que «no firma» lo que auguró el CIS en su última encuesta, y cree que el PP tiene margen para mejorar esa previsión de entre 120 y 128 escaños.
Rajoy, que ha saludado a los líderes de Ciudadanos, Albert Rivera, y Podemos, Pablo Iglesias, pero no ha coincidido con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no ha querido pronunciarse sobre cuál de esos tres candidatos es para él el más fuerte.
«Me caen todos bien», ha bromeado el presidente, quien ha insistido, al ser preguntado por los posibles pactos postelectorales, en cuál va a ser su postura: «si no gano no intento hacer nada», ha dicho.
Y si gana no ha querido tampoco teorizar sobre sus posibles aliados. A la pregunta de si será Ciudadanos el primer partido con el que hable, ha dicho: «no se sabe».
A la economía se ha vuelto a referir cuando se le ha recordado la pregunta que le hizo una joven con empleo precario anoche en la Sexta.
Ha justificado la forma en que contestó a esta ciudadana -que estaba muy afectada- porque, según ha dicho, tiene que decirle «la verdad a la gente», y la verdad es que el porcentaje de empleos indefinidos ha subido del 69 al 75 por ciento.
Antes de irse a saludar a otros asistentes al acto, Rajoy ha bromeado una vez más con los periodistas cuando le han preguntado por qué no había salido a la luz esa faceta humana que tanto empeño tiene ahora, en campaña, en sacar.
«Es que tenía mucho trabajo», les ha dicho el presidente, quien en cualquier caso ha recordado a todos que él, a pesar de todo, es «muy serio».
Y ha admitido que la partida de futbolín con Bertín Osborne en el programa de hace unos días se le dio bien porque juega muy a menudo con sus hijos. Tiene un futbolín que le regaló el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, cuando se fue a La Moncloa.