Palestina ha pedido la intervención «urgente» de las Naciones Unidas para proteger de Israel a la población civil en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, después de la ola de violencia que sacude la región estos últimos diez días.
«Es urgente garantizar inmediatamente la protección de la población civil palestina indefensa, en cumplimiento de las provisiones y obligaciones del derecho internacional humanitario», dice una misiva despachada al Consejo de Seguridad por el embajador palestino en la ONU, Ryad Mansour.
Difundida en los medios en Jerusalén en las últimas horas, la carta expone la situación de los palestinos frente a lo que califica el «castigo colectivo» de Israel «contra población civil bajo ocupación».
«Las víctimas y heridos entre la población civil palestina, incluidos mujeres y niños, están creciendo trágicamente», explica la carta sobe la situación en Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza.
Al menos 17 palestinos han muerto y más de un millar han resultado heridos en los últimos días a causa de la escalada, en la que también murieron cuatro israelíes y más de una docena resultaron heridos.
Cinco de los palestinos murieron tiroteados tras ataques con arma blanca en varias ciudades de Israel, uno en Jerusalén en circunstancias por aclarar, y el resto en manifestaciones y enfrentamientos con el Ejército israelí, siete de estos últimos ayer, viernes, en una zona fronteriza en Gaza.
«Me veo obligado a transmitir la grave preocupación del liderazgo palestino y su total condena por la continuación de las flagrantes agresiones israelíes y su incitación a la violencia y el terrorismo contra el pueblo palestino», subraya la misiva.
También recuerda el reciente llamamiento del alcalde israelí de Jerusalén, Nir Barkat, para que aquellos con licencia de arma salgan con ella a la calle.
Barkat hizo el llamamiento a raíz de la ola de apuñalamientos palestinos de la última semana en Jerusalén, Kiriat Gat, Tel Aviv, Petaj Tikva y Afula.
Para Mansour, se trata de una «provocación» e «incitación» por parte de un «funcionario israelí», que sólo sirve para agravar la situación y «acrecentar la tensión» junto con «la prohibición a creyentes musulmanes de rezar en el complejo de Al Aqsa», la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén.
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