El trastorno de estrés postraumático o TEPT puede ocurrir después de cualquier acontecimiento traumático, desde la pérdida de un ser querido hasta presenciar un ataque terrorista. Sin embargo, no todo el mundo que experimenta un trauma desarrollará un TEPT. Los investigadores han encontrado que existen ciertos factores que pueden predisponer a una persona a desarrollar el trastorno. La exposición a un trauma anterior puede sensibilizar el sistema de estrés en el cerebro, volviéndolo vulnerable a desarrollar TEPT si se produce otro trauma en el futuro. Factores de riesgo adicionales incluyen la concurrencia simultánea de otros acontecimientos vitales estresantes, enfermedades mentales preexistentes (por ejemplo, depresión o ansiedad) e insuficiente apoyo social en el momento del evento traumático.
En quienes sufren de trastorno por estrés postraumático, los recuerdos del hecho traumático que ha provocado el trastorno son demasiado invasivos, aflorando a la mente a cada momento en vez de tan solo cuando se hace el esfuerzo consciente de recordar. La manera en que estos malos recuerdos quedan almacenados en el cerebro es un obstáculo enorme para la rehabilitación o curación de los millones de personas con trastorno por estrés postraumático que hay en el mundo (solo en Estados Unidos son 8 millones).
Un accidente grave, un asalto con violencia física, o una catástrofe natural, son sucesos que típicamente generan trastorno por estrés postraumático. En profesiones como por ejemplo soldado, policía y bombero, hay más probabilidades de sufrir esta situación, pero nadie tiene garantizado que no vaya a padecerla algún día. En el trastorno por estrés postraumático, los recuerdos atormentan a la persona como tales mientras está despierta, y en forma de pesadillas cuando duerme.
Nuevo tratamiento bloqueando la formación de recuerdos
Ahora, los resultados de una investigación llevada a cabo por el equipo de Ki Goosens, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, han permitido descubrir lo que podría ser una posible nueva vía de tratamiento contra el trastorno por estrés postraumático: bloquear una vía cerebral de gestión de memoria recientemente identificada podría prevenir dicho trastorno.
Estudios previos han mostrado que las víctimas de experiencias traumáticas tienen una mayor probabilidad de desarrollar trastorno por estrés postraumático si han experimentado previamente estrés crónico, y el nuevo estudio del MIT podría explicar por qué. Sus autores han hallado que los animales que sufren estrés crónico con anterioridad a una experiencia traumática emplearon una vía cerebral específica que codifica los recuerdos traumáticos de forma más fuerte que en los animales que no están estresados.
Bloquear este tipo de formación de recuerdos podría ofrecer una nueva manera de prevenir el trastorno por estrés postraumático. La idea no es provocar amnesia selectiva en las personas afectadas, sino reducir el impacto negativo del suceso traumático en el cerebro, haciendo que el recuerdo de tal suceso pase a ser más parecido a un recuerdo “normal”, no intrusivo.
La consolidación de recuerdos es el proceso por el cual los recuerdos de corto plazo son convertidos en otros de largo plazo y almacenados de manera más duradera en el cerebro.
Algunos recuerdos se consolidan más fuertemente que otros. Por ejemplo, los formados en respuesta a una experiencia muy emotiva son normalmente mucho más vívidos y fáciles de rememorar que los recuerdos de experiencias poco o nada emotivas.
Goosens y sus colegas descubrieron además que el estrés crónico ocasiona que las células en la amígdala expresen muchos más receptores 5-HT2C, que se enlazan a la serotonina. Entonces, cuando se produce una experiencia traumática, esta sensibilidad agudizada a la serotonina causa que el recuerdo sea codificado de forma más fuerte, lo cual Goosens cree que contribuye a los intensos pensamientos retrospectivos que hacen rememorar al sujeto una y otra vez el hecho terrible que vivió, y que son típicos de los pacientes con trastorno por estrés postraumático.
Este proceso de consolidación de los recuerdos puede precisar de horas a días para completarse, pero una vez un recuerdo queda consolidado, es muy difícil de borrar. Sin embargo, lo descubierto en la nueva investigación sugiere que podría ser posible prevenir la formación de recuerdos traumáticos tan fuertes desde un principio, o debilitarlos después de la consolidación, usando fármacos que interfieran con la serotonina.
El proceso de consolidación es para los expertos una oportunidad de intervenir y posiblemente prevenir el desarrollo del trastorno por estrés postraumático. Poder usar un fármaco u otro tratamiento capaz de bloquear la consolidación de recuerdos relacionados con el miedo, sería un buen modo de impedir la aparición del trastorno por estrés postraumático o por lo menos mitigarlo. Una intervención así no haría que la persona olvidara la experiencia traumática, pero sí podría evitar que tuviera el recuerdo intrusivo que le roe a todas horas, le hace tener miedo de cosas que son parecidas a dicha experiencia traumática, y acaba por provocarle pesadillas.
La Administración estadounidense de Alimentos y Medicamentos (FDA) tiene ya aprobado un medicamento llamado agomelatina, que bloquea este tipo de receptor de serotonina y que se emplea como antidepresivo.