No hace falta entrar en discusiones inútiles sobre si las vacunas son preventivas, buenas, malas, contaminantes o dañinas. Es un tema con gran contenido de lucro comercial de intereses muy poderosos, legalmente blindados.
Las autoridades y los profesionales sanitarios no tienen culpa de imponer, permitir, recomendar, usar y recetar sustancias que se les presentan como científicamente beneficiosas.
Como objetos de sus recepciones y de los posible sufrimientos de sus consecuencias, son los ciudadanos responsables los obligados a asumirlas, para si mismas y sus dependientes y los que deben combatirlas instando la comprensión equitativa del Estado.
Juan Prada Bécares, Abogado, Promoción 9 de Abril 1952 para Defensa del Derecho a la Vida y la Integridad Física y Moral de las Personas